Con la ayuda de aliados, el oficialismo espera reunir este martes los votos necesarios para sancionar la nueva fórmula de movilidad jubilatoria, con la que se dejará atrás definitivamente el ajuste por inflación y se tomarán en cuenta las variaciones de salarios y de la recaudación.
Los votos clave para la aprobación de la ley en la Cámara de Diputados provendrán de los bloques provinciales Córdoba Federal, el Frente Misionero de la Concordia, y Unidad Federal para el Desarrollo, que conduce el mendocino José Luis Ramón.
Ramón y los líderes de los otros dos bloques, el cordobés Paulo Cassinerio y el misionero Horacio Sartori, firmaron el dictamen de mayoría la semana pasada, que aconseja votar el proyecto que llega con media sanción del Senado. Con los integrantes de los tres bloques, el oficialismo suma quince votos.
Por el contrario, rechazarán la iniciativa que impulsó el Poder Ejecutivo Juntos por el Cambio (que es el bloque opositor más numeroso), Consenso Federal y la izquierda. Ambos criticaron con dureza la iniciativa porque desengancha los haberes de la inflación.
La oposición impulsó otros dos dictámenes de minoría. Uno firmado por 36 legisladores de Juntos por el Cambio como Graciela Ocaña, Paula Oliveto Lago, Fabio Quetglas, Luis Pastori, Carmen Polledo, Facundo Suárez Lastra, Estela Regidor y Waldo Wolff, entre otros.
En tercer lugar, hubo un dictamen firmado sólo por Nicolás del Caño, del PTS – Frente de Izquierda. Según dijo el diputado, los jubilados ya perdieron entre 7% y 18% con la suspensión de la fórmula jubilatoria que ajustaba por inflación este año y la pérdida será mayor en 2021.
El ajuste que ya empezó
Como el Gobierno suspendió la movilidad por inflación y otorgó aumentos por decreto firmados por el presidente Alberto Fernández, en 2020 el 75% de los jubilados y pensionados recibió un incremento del 35,3%, por lo que terminará en torno al corrimiento de los precios, aunque muy por debajo de lo que se viene moviendo la canasta básica, que cerraría el año con un alza del 40%.
El otro 25% de los jubilados y pensionados perderá por paliza con la inflación y mucho más con la canasta de productos y servicios básicos. Esta situación además terminó achatando la pirámide previsional. Y según coinciden Juntos por el Cambio y la izquierda, le generó a la ANSeS un ahorro de 100.000 millones de pesos. Dinero que no fue al bolsillo de los jubilados.
El Gobierno se niega a hablar de ajuste para el sector pasivo en 2020. Dice que los jubilados perdieron 18 puntos porcentuales con la fórmula del macrismo, sancionada en 2017. Y asegura que la nueva movilidad pondrá a los haberes por encima de la inflación en 2021, para que a partir de allí se empiecen a recuperar.
Cecilia Todesca Bocco, vicejefa de Gabinete, dijo días atrás en diálogo con este diario que el Gobierno quiere que los salarios y las jubilaciones le ganen a los precios el año próximo porque lo necesita para el crecimiento económico, dado que el consumo interno representa el 70% del Producto Bruto Interno del país.
A las 11:00, la sesión
El proyecto, que ya tiene sanción del Senado, será debatido a partir de las 11:00 en el recinto. Será una sesión especial, la última del año. La misma se realizará bajo la movilidad presencial con las excepciones de conexión remota para aquellos diputados que integran grupos de riesgo, ya sea por cuestiones de edad o de salud.
Una vez que esté sancionada y promulgada la ley, las jubilaciones se ajustarán con una fórmula que combina en un 50% la recaudación de la Anses y en otro 50% la variación salarial, surgida de la que resulte más alta entre las medidas por el Indec y por el Ministerio de Trabajo, en base a al índice de Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte).
Este índice se construyó en el ministerio de Economía que conduce Martín Guzmán tomando como base la fórmula aplicada desde 2009 por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, tras la nacionalización de los fondos de las ex AFJP y la eliminación del sistema privado de capitalización.
Si bien al proyecto lo redactó el Poder Ejecutivo, la vicepresidenta le imprimió su impronta en el Senado. Uno de los cambios introducidos hará que los ajustes se den en forma trimestral y no semestral como estaba previsto. Esto, dijo el presidente Alberto Fernández, “incrementará el gasto público, pero es lo que corresponde” para que los intervalos de espera sean más cortos”.