Un grupo de 38 estados de Estados Unidos presentó una nueva demanda contra Google para poner fin a lo que consideran un “monopolio ilegal” del gigante de las búsquedas en Internet, informó hoy en un comunicado la fiscal general de Nueva York, Letitia James.
“Estoy presentando una demanda contra Google junto a otros 37 fiscales generales para poner fin a su monopolio ilegal en los servicios de búsqueda”, remarcó la funcionaria en Twitter.
“Las acciones anticompetencia de Google protegieron sus monopolios en las búsquedas genéricas y excluyeron a rivales, privando a los consumidores de los beneficios de las elecciones competitivas, coartando la innovación y minando nuevas entradas o expansiones”, afirmó el fiscal general de Colorado, Phil Weiser.
En una declaración separada emitida por su oficina y recogida por la agencia de noticias Sputnik, James dijo que a través de su conducta ilegal, la compañía se aseguró que cientos de millones de personas recurran primero a Google cuando buscan una respuesta.
“Pero no hace falta una búsqueda en la web para comprender eso, el poder corporativo sin control no debería tener un manejo desproporcionado sobre nuestros datos e información”, evaluó.
Ayer, el estado de Texas ya había presentando una demanda contra Google por su accionar anticompetitivo.
En octubre el Departamento de Justicia inició también una demanda antimonopolio contra la compañía por presunto abuso de su dominio en las búsquedas de Internet. En ese entonces la compañía respondió que la demanda era “profundamente defectuosa”.
Para Google, la denuncia carece de fundamento. El motor de búsqueda “está concebido para ofrecer los resultados más pertinentes”, proponiendo incluso vínculos directos con, por ejemplo, las compañías aéreas o los comerciantes, asegura el grupo en su blog.
Si los usuarios están insatisfechos, “tienen numerosas alternativas, como Amazon, Expedia, Tripadvisor y muchas otras con solamente un clic”.
”Es importante que las grandes empresas sean controladas” pero los cambios exigidos por la demanda “privarían a los estadounidenses de informaciones útiles y perjudicarían la capacidad de las empresas de conectarse directamente con los clientes”, agregó.
Con información de Télam y AFP