La pandemia del coronavirus modificó el pensamiento de muchas personas alrededor del mundo. La idea de tener un hogar más confortable, de estar cerca de los afectos y de vivir la buena vida llegaron para quedarse. Y hay oportunidades que verdaderamente hay que aprovecharlas.
Castropignano es una pequeña localidad italiana situada en el corazón de los montes Apeninos, que quiere evitar el deterioro de su pueblo a toda costa y para evitarlo está ofreciendo sus casa a menos de 1 euro. Sí, nada más y nada menos que 1 euro, es decir 175 pesos apróximadamente.
En Molise el alcalde de Castropignano, Nicola Scapillati, decidió dirigirse tanto a quien se maneja con teletrabajo como a los turistas extranjeros.
Un reglamento recientemente aprobado prevé “regalar” las casas abandonadas del centro histórico -alrededor de un centenar- a quien se comprometa a restaurarlas.
“Ahora en el pueblo somos poco más de 900 personas, vivimos el despoblamiento desde hace décadas y hay disponibilidad inmobiliaria. Por lo tanto, decidimos intervenir para securizar las casas del centro, interpelando primero a los propietarios y luego incentivando a quien tiene intención de reestructurarlas, dándoles el costo simbólico de un euro”, dijo Scapillati.
”Envié para su conocimiento el reglamento también a las embajadas europeas, de Estados Unidos y China para divulgar la iniciativa”, concluyó.
En el pintoresco pueblo de montaña el 60% de la población supera los 70 años de edad. Es por ello que muchas de las viviendas de la localidad están abandonadas. La propuesta es entregar las casar al consistorio para que pueda recuperarlas y ofrecerlas a otra familia que quiera mudarse al pueblo por el módico precio de 0.83 euros.
Los futuros residentes deberán comprometerse a renovar la propiedad en un plazo de tres años a partir de la compra y dejar una fianza de 2.000 euros, que se les devolverá cuando finalicen los trabajos. Según el alcalde, las viviendas se podrían renovar por menos de 50.000 euros.
El boom de los pueblos italianos
Numerosos pueblos italianos, del norte al sur del país, están multiplicando las apuestas para atraer turismo de larga duración y hasta nuevos habitantes, a través de aldeas turísticas, bed-and-breakfasts, hoteles para transformar en sede de teletrabajo, casas al simbólico precio de un euro y desgravaciones sobre los alquileres.
Tras el boom de los veraneantes registrados este verano boreal en los pueblos, en muchos casos las políticas lanzadas por los alcaldes de los lugares más pequeños apuntan precisamente a aprovechar la posibilidad de una nueva dimensión habitacional surgida durante la pandemia.
El alcalde de Otranto, Pierpaolo Cariddi, promovió precisamente para octubre la campaña “smart working Otranto”, en colaboración con los operadores del lugar, para invitar a italianos y extranjeros a desplazarse al corazón del Salento y trabajar frente al mar, disfrutando hasta el final el buen tiempo.
Ochocientos kilómetros más al norte, el municipio de Santa Fiora sul Monte Amiata, en la provincia de Grosseto (Toscana), “gracias a la reciente llegada de la banda superancha” lanzó el proyecto “Santa Fiora Smart Village”, por el cual se cubrirá “el 50% del alquiler a quien desee vivir un período en Santa Fiora trabajando a distancia”.
“Algunas estructuras turísticas de Italia captaron la oportunidad con una oferta a medida para el trabajador que busque un ambiente relajante, en el mar o la montaña. En el caso de Santa Flora es todo un municipio el que se propone como smart working village”, dijo el alcalde.
Mientras tanto en Otranto su sitio web promociona “oficinas de excepción” con vista al mar y los antiguos muros, asomados a las calles del centro histórico y el castillo.
Además durante todo el mes se activarán promociones dedicadas a los trabajadores en teletrabajo, desde descuentos a wi-fi gratis.