La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) convocó para este martes una jornada de oración en los templos de todo el país por el “cuidado de la vida no nacida”, ante el tratamiento de la ley de legalización del aborto en la Cámara de Diputados, prevista para el jueves.
“Ante la inminencia del debate en el Congreso Nacional de la ley de legalización del aborto, los obispos argentinos proponen que en todos los lugares donde el 8 de diciembre se celebre la Santa Misa, se eleven plegarias por el cuidado de la vida no nacida”, señaló la CEA.
Así lo indica una carta enviada esta semana por el presidente del Episcopado, monseñor Oscar Ojea, y el secretario general, monseñor Carlos Malfa, a todos los obispos del país.
“El 8 de diciembre en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María se clausura también el Año Mariano Nacional cual hemos convocado como obispos”, dice la misiva.
En el marco de la jornada, la Iglesia católica propone rezar la oración de San Juan Pablo II, que habla del “número inmenso de niños a quienes se les impide nacer, de pobres a quienes se les hace difícil vivir, de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia”.
Por otro lado, el consejo directivo de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera) repudió -en un comunicado difundido en las últimas horas- los “agravios” durante el tratamiento del proyecto de ley en la Cámara de Diputados.
“Lamentablemente algunos eligen el camino de la violencia, verbal y física, para imponer sus ideas. Es así que aparecen templos vandalizados, lugares de culto profanados y personas agredidas”, según indica el comunicado.
Asimismo, desde esa organización señalaron que “algunos que comparten nuestra posición en cuanto al aborto usan también de expresiones de violencia, por lo general verbal, pero no por eso menos dañinas” y, en ese sentido, repudiaron ese accionar.
“De igual manera, repudiamos todo intento de sacar ventaja personal o política sobre tanto dolor. Creemos que el disenso, aún en temas tan graves como la defensa de la vida, debe darse en una actitud de diálogo y respeto por las diferencias”, concluye el texto de las Iglesias evangélicas.