El 13 de marzo de 2013, Jorge Mario Bergoglio fue elegido como el Sucesor de Pedro, primer Papa jesuita y americano y el primero con el nombre de Francisco. Estos ocho años de Pontificado se caracterizaron por iniciativas y reformas para incluir a todos los cristianos en un nuevo impulso misionero con el objetivo de llevar el amor de Jesús a toda la humanidad.
La perspectiva de su pontificado parte desde abajo, de la atención a esas “periferias” existenciales y geográficas que son el contrapunto de su ser y actuar. Pide a los fieles un nuevo fervor y dinamismo para que el amor de Jesús abarque realmente a todos. La Iglesia deseada por Bergoglio es una Iglesia con " las puertas abiertas”, que no teme a “el milagro de la gentileza”.
Bergoglio inició su pontificado bajo el signo de la novedad, como la misa diaria presidida en la Casa Santa Marta, donde decidió residir. En esas breves homilías, pronunciadas rigorosamente espontáneamente al estilo de un párroco, el Papa establece un diálogo directo con los fieles, exhortándolos a una confrontación inmediata con la Palabra de Dios.
Pero el 2013 también está marcado por la publicación de la Exhortación Apostólica “Evangelii gaudium”, un verdadero ‘manifiesto programático’ del nuevo Pontificado, en el que Francisco llama a una nueva evangelización caracterizada por la alegría, así como a la reforma de las estructuras eclesiales y a la conversión del papado, para que sean más misioneras y más cercanas al significado querido por Jesús.
Por ello, también en 2013, el Papa instituye un “Consejo de Cardenales” cuya tarea es estudiar un proyecto de revisión de la Constitución Apostólica “Pastor bonus” sobre la Curia Romana, que data de 1988.
La familia es el eje pastoral del 2014 del Papa Francisco, a la que dedica un Sínodo extraordinario. Para el Pontífice, la sociedad individualista contemporánea ataca gravemente a la familia, poniendo en riesgo los derechos de los hijos y de los padres, especialmente en el ámbito de la educación moral y religiosa.
El año 2015 está centrado en la salvaguardia de la Creación y el 24 de mayo, Francisco firma la Encíclica “Laudato si’ sobre el cuidado de la casa común”, cuyo eje cartesiano es la ecología integral, aquella en la que la preocupación por la naturaleza, la equidad hacia los pobres y el compromiso en la sociedad resultan inseparables.
La misericordia es, ciertamente, el eje del 2016 y es el Año en el que se celebra el Jubileo Extraordinario convocado por Francisco sobre el tema “Sean misericordiosos como el Padre”. La consideración hacia los últimos se concreta con los “Viernes de la Misericordia”, es decir, las visitas privadas que el Pontífice realiza a centros dedicados a la acogida de los pobres, los enfermos, los marginados.
El 12 de febrero 2016, en Cuba, el Pontífice se reúne con el Patriarca de Moscú y toda Rusia, Kirill. Juntos firman una declaración conjunta, en la que se comprometen a responder a los desafíos del mundo contemporáneo, como poner fin a la persecución de los cristianos y a las guerras, promover el diálogo interreligioso, ayudar a los emigrantes y refugiados y proteger la vida y la familia.
El año 2017 también es especial ya que el 20 de septiembre de ese año, en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, la Santa Sede se encuentra entre los primeros países en firmar y ratificar el “Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares”.
Dos son, sin embargo, los hechos destacados del 2018 del Papa Francisco: a nivel pastoral, el Sínodo sobre los jóvenes representa un momento de reflexión eclesial. A los jóvenes, el Pontífice les pide que “escuchen, se hagan próximos, den testimonio”, porque “la fe es una cuestión de encuentro, no de teoría”. En el plano diplomático, en el 2018 destaca el Acuerdo Provisional entre la Santa Sede y la República Popular China, firmado en Pekín el 22 de septiembre y relativo al nombramiento de obispos.
El año 2019 tiene como telón de fondo tres grandes gestos: el primero es la firma del documento sobre “La fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común”, firmado por el Papa y el Gran Imán de Al-Azhar Ahamad al-Tayyib, en Abu Dhabi, el 4 de febrero. El documento, que constituye una piedra angular en las relaciones entre el cristianismo y el islam, alienta el fortalecimiento del diálogo interreligioso y promueve el respeto mutuo, condenando el terrorismo y la violencia.
En 2020, el año de la pandemia de Covid-19, el Papa Francisco permanece cerca de los fieles con la fuerza constante de la oración. En la memoria del mundo entero queda impresa la “Statio Orbis” presidida el 27 de marzo por el Pontífice, solo, ante una Plaza de San Pedro desierta y empapada por la lluvia.
El año 2020 se cierra con el anuncio del histórico Viaje Apostólico a Irak, que acaba de concluir en estos días, la primera vez que un Sucesor de Pedro ha estado en el país. Tras el stop de 15 meses a causa de la pandemia, Francisco vuelve a llevar la luz y la belleza del Evangelio al mundo, dirigiendo su mirada, una vez más, a las periferias, donde se necesita con urgencia “fraternidad y esperanza”.
En este nuevo aniversario, el presidente Alberto Fernández felicitó al papa Francisco y destacó que el pontífice “acercó la Iglesia a los olvidados por ‘el descarte’ de una economía materialista y sin ética”.
“Hace ocho años nuestro Papa Francisco (@Pontifex_es) asumía su mayor desafío pastoral”, escribió el jefe de Estado en su cuenta de la red social Twitter.
“Con su prédica toma valor la solidaridad”, expresó el Presidente y afirmó, citando una frase de Francisco,: “Nadie se salva solo”.
En el final de su posteo, escribió: “¡Feliz día!”. El Presidente acompañó el tuit con una foto en la que se lo ve junto al Papa.
Por otra parte, un grupo de argentinos se reunió este sábado en la localidad bonaerense de Luján para conmemorar el octavo aniversario del papado de Francisco, compatriota suyo y el primer papa latinoamericano.
”Profeta en su tierra”, indicó en su cuenta de Twitter la asociación católica Generación Francisco, cuyos miembros participaron del encuentro en Luján, donde se encuentra la Basílica de Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina.
Desde el movimiento Curas Villeros, también en las redes sociales, celebraron la efeméride. ”Hace ocho años que el papa Francisco viene haciendo ‘una Iglesia pobre para los pobres’. El pueblo villero te agradece Francisco, seguimos caminando y rezando de la mano de la Virgen, ¡rezando por vos!”, afirmaron en Curas Villeros, agrupación cercana a Francisco.
“A ocho años de aquel día, agradecemos el don de su pontificado y nos unimos en oración por su vida y por su ministerio”, dijeron por su parte desde Acción Católica de Argentina.