El jefe de Gabinete, Marcos Peña, se reunió con la cúpula de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) por primera vez en lo que va del año para informarles de la situación económica y social del país. En el encuentro también participó el secretario de Culto, Alfredo Abriani.
La reunión -que fue pedida por Peña- se realizó a agenda abierta pero quedaron afuera temas candentes de la actualidad como la legalización del aborto, una eventual visita del Papa Francisco o las próximas elecciones. De parte de la iglesia participaron el titular del cuerpo, monseñor Ojea; el vicepresidente primero, cardenal Mario Poli, y el secretario general, monseñor Carlos Malfa.
Ante la consulta de este medio, desde el entorno de Abriani dijeron que fue “una reunión larga que duró una hora y media” pero que es “común” que la Secretaria de Culto tenga contacto con la comisión ejecutiva de la CEA. Luego del informe de Peña, se habló del temario habitual: la preocupación por los jóvenes, la atención a drogodependientes, el informe sobre la pobreza que la UCA publicó la semana pasada, entre otros. “Hubo una continuidad de la agenda de temas que el gobierno y la iglesia manejan”, enfatizaron.
"El jefe de Gabinete compartió a los obispos un amplio informe sobre la situación del país, expresando la necesidad del diálogo para afrontar los desafíos que presenta la situación actual", indicó el Episcopado en un comunicado de prensa difundido al término del encuentro.
“Hablamos de la necesidad de avanzar y profundizar en el diálogo. Fue una charla para que los obispos sepan de primera mano cómo estamos viendo el proceso económico, la situación política y social, el año de elecciones”, dijo por su parte Abriani en declaraciones periodísticas.
El encuentro entre el Gobierno y la Iglesia se produjo a pocos días de que la totalidad de los obispos argentinos viaje a Roma -entre el 28 de abril y el 18 de mayo- para la tradicional visita 'ad limina' que realizarán al papa Francisco, para llevarle un diagnóstico de la situación del país y de la Iglesia, incluyendo su “preocupación social”.
También ocurrió luego de que monseñor Ojea advirtiera en una entrevista de que el Gobierno “ve con optimismo el futuro a mediano plazo”, pero que desde la Iglesia están “hondamente preocupados por los términos inmediatos” y alertaran sobre el “humor social” y “un síntoma de depresión” que se advierte en la sociedad.