Más víctimas del pediatra abusador: "Me hizo sacar toda la ropa y solamente tenía que pesarme y medirme"

El médico Alberto Cirulnik está acusado de abuso sexual por más de 30 personas que fuero sus pacientes, alumnos y hasta un sobrino.

Más víctimas del pediatra abusador: "Me hizo sacar toda la ropa y solamente tenía que pesarme y medirme"
Alberto Cirulnik (Web)

Más relatos de víctimas de Alberto Cirulnik salieron a la luz. El médico que fue repetidamente señalado por abusar sexualmente de niños pacientes, alumnos, hijos de amigos y hasta un sobrino, trabajó durante más de 30 años en distintas instituciones y ya pesan sobre él más de 30 testimonios y denuncias por abusos.

En la escuela técnica ORT los abusos de Cirulnik se sabían, según contó a TN la exalumna Julieta Améndola. "Se decía que ibas por un dolor de cabeza y el médico te hacía bajar los pantalones", dijo Mariano, otro egresado.

Alberto Cirulnik (Web)
Alberto Cirulnik (Web)

Julieta tiene 23 años y conoció a Cirulnik cuando fue con su mamá a hacer el examen médico de admisión a la ORT, cuando tenía 13 años. Cuenta: "Ni bien entré con mi mamá, empezó a decirme 'qué linda que sos, qué linda'. Y lo repetía, de manera insistente. Fue raro. Nos pusimos incómodas y cuando le di la foto carnet para mi legajo me dijo: 'Te voy a poner en el archivo de las chicas lindas'. Después me preguntó si tenía novio, ya que era 'tan linda'".

Luego el médico la hizo pasar a otra parte del consultorio, fuera de la vista de su madre. "Me dijo que me tenía que sacar toda la ropa, lo que era raro porque solamente tenía que pesarme y medirme. Me miró de arriba abajo y me dijo que tenía buen cuerpo. Me empezó a acariciar las piernas en la camilla, me tocó la panza de una manera extraña. Me hizo agachar, supuestamente para examinar la curvatura de mi columna, mirándome desde atrás", relata.

Otro egresado, Mariano, es ingeniero y tiene cuatro hijos. Sobre el médico dice: "Era grandote, simpático, a un chico al principio le parecía copado. Pero él buscaba agradar, y poco a poco iba más allá de lo estrictamente profesional. Buscaba mover el límite. Nunca intentó nada de golpe, todo era gradual, poco a poco, midiendo tu reacción", dice.

"Cuando estaba acostado en la camilla, totalmente desnudo, me empezó a palpar la panza, pero en un momento frotó su pene sobre mi mano. Primeramente creí que era accidental y la corrí", dice Mariano. "No recuerdo ningún comentario, pero me dijo que volviera al día siguiente y creo que lo hice. Después me pidió que fuera otra vez, y no fui. Después de todo, había sido solamente un dolor de estómago y ya se me había pasado".