La isla de Guernsey, situada en el Canal de la Mancha frente a la costa de Normandía, aparenta tranquilidad ante el hallazgo de la avioneta en la que viajaba Emiliano Sala y que desapareció hace dos semanas. Sin embargo, muchos de sus habitantes aún permanecen perplejos tras la tragedia áerea que tiene en vilo al mundo entero.
"Es un terrible suceso, no recuerdo nada igual", explica Brian, uno de los taxistas de la zona, cuya mayor ocupación es acercar a los empresarios que llegan al único aeropuerto de la isla a la capital, Saint Peter Port.
Y Andy, uno de los hoteleros que pueblan el paseo marítimo de Guernsey, asegura: "Nunca había visto un accidente de avión por aquí, sí hemos tenido problemas con barcos, pero esto...".
Apenas 63.000 personas pueblan la isla y su área supera los 65 kilómetros cuadrados, pero eso no impide que la tranquilidad, "mayor aún en invierno" como relata Brian, se quiebre tímidamente por la desaparición de Sala, ocurrida el pasado 21 de enero.
Tras la búsqueda realizada por la policía de Guernsey, que duró tres días sin resultados, un rescate privado financiado por micromecenazgo que alcanzó los 371.000 euros logró dar con la aeronave.
"Hay mucha especulación sobre el tema, unos dicen que esa clase de aparatos pueden congelarse por las bajas temperaturas y que es lo que le pasó al sobrevolar Jersey -isla cercana a Guernsey-, otros que el piloto tuvo dificultades. Son solo especulaciones", señaló Phil, un habitante de la isla.
En la tarde de este martes, la AAIB anunció que estaban en marcha las labores de rescate del cuerpo avistado en el fuselaje del avión, pero que el fuerte oleaje estaba dificultando las tarea.
Además, en un comunicado, el organismo afirmó que en caso de proceder con éxito al rescate del cuerpo, se intentaría elevar la aeronave, situada a 67 metros bajo el nivel del mar.