Emma Woodhouse, una joven británica de 27 años, dio a luz por una cesárea de emergencia a las gemelas Jessica y Bella, con 29 semanas de gestación. Por desgracia, una de las nenas falleció pero su madre no la dejó y se la llevó.
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El cordón umbilical de Jessica se rompió en el útero y nació muerta pese a los intentos de los médicos, mientras que Bella sobrevivió.
Lo cierto es que Emma pudo llevarse a su hija a su casa gracias a una "cuna de enfriamiento"; pasó quince días con la bebe y la cuidó, la bañó y se la presentó a sus otros hijos -Jack, Mikey y Nicole- antes de la cremación. Es más: la joven piensa en comprarle regalos para navidad a Jessica para continuar con la tradición familiar.
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"Desde el momento en que nació Jessica, me enamoré de ella, se veía tan perfecta", dijo este viernes Emma en declaraciones al diario "Daily Mail".
Y agregó: "Queremos mostrar a las personas que es posible pasar tiempo con su bebé después de que hayan muerto y crear recuerdos con ellos. Este no debería ser un tema tan tabú. Su rostro era tan perfecto que no quería dejarla sola".
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