Los 19 líderes de las economías más importantes del mundo se reunirán viernes y sábado en la cumbre del G20 en Buenos Aires para proponer soluciones posibles a un presente y futuro de problemas que trazan desafíos para la geopolítica internacional.
En una ciudad completamente militarizada, los presidentes y primeros ministros debatirán moderados por el anfitrión, Mauricio Macri, sobre cuatro ejes oficiales: el futuro del trabajo; infraestructura para el desarrollo; un futuro alimentario sostenible; y perspectiva de género.
Mientras Macri esté sentado en la cabecera del auditorio desde el viernes al mediodía, montado en un aislado y blindado centro de exposiciones Costa Salguero, a unas treinta cuadras 87 organizaciones locales y extranjeras marcharán contra el G20 y el FMI.
El barrio de Constitución será el escenario para una protesta contra el capitalismo y las políticas dictadas por los organismos multilaterales, a las cuales acusan de imponer políticas que causan exclusión y desigualdad en países soberanos.
La cumbre de la cumbre
Al margen de los temas oficiales, el evento estará cruzado por reuniones bilaterales que gravitarán por peso propio. La central será la que protagonizarán el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par chino Xi Jinping, en la noche del sábado en un lugar secreto.
Ambos países transitan desde hace un año una durísima guerra comercial que mantiene al mundo en vilo, dado que cualquier maniobra afectará los flujos del comercio internacional con impacto en los precios de las commodities.
Trump afirmó este martes que ve "buenas opciones" de un acuerdo para evitar una subida de aranceles al 25% a 200.000 millones de dólares en importaciones de China. Pero no descartó aplicar un impuesto del 10% a los productos de Apple procedentes del gigante asiático.
El gobierno chino está convencido de que el proteccionismo, que impulsa Trump, deterioró el crecimiento de la economía mundial por lo que confía en alcanzar un acuerdo, reveló el embajador de ese país en Buenos Aires, Yang Wanming.
Washington decidió en julio imponer aranceles punitivos a importaciones chinas por 250.000 millones de dólares anuales. La medida provocó represalias de Pekín por 110.000 millones bienes procedentes de Estados Unidos.
El resto de los países del G20 – que reúnen el 66% de la población mundial y el 85% del producto bruto mundial- imploran por un acuerdo y advierten que si la “guerra” se potencia, lo sufrirá el mundo entero, principalmente los emergentes entre los que está la Argentina.
En el Gobierno argentino esperan que esas discusiones se inscriban dentro del lema de este año: "Construyendo consenso para un desarrollo equitativo y sostenible". Viene atado esto a lo dialogado en la fallida cumbre de Hamburgo en 2017, sobre "promover una mayor inclusión, justicia e igualdad".
Argentina y sus problemas
Argentina, sumergida en una crisis económica producto de su extrema fragilidad externa, quiere mostrarle al mundo su compromiso con la cooperación internacional, el multilateralismo y la gobernanza global.
En los hechos, esta cumbre no le cambiará la vida cotidiana al ciudadano argentino, que deberá seguir lidiando en una economía inestable. Pero en el Gobierno afirman que las resoluciones de esta semana tendrán impacto en el mediano plazo.
Macri buscará avanzar, en paralelo, con la firma de unos cuarenta nuevos acuerdos con distintos países en áreas de inversión, economía e infraestructura. La oferta principal de la Argentina será el potencial de Vaca Muerta.
Con esto, el Gobierno de Cambiemos intentará elevar la alicaída imagen de la Argentina ante los mercados financieros. Aunque hoy otros problemas que afectan: la posibilidad de default en 2021, la duración de la actual recesión y lo que se denomina "riesgo político".
Como ocurre en cada una de las cumbres del G20, la coyuntura termina imponiéndose y los integrantes del G-7 (Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Italia, Japón y Gran Bretaña) quieren debatir la guerra comercial y cuestiones de seguridad global, como el desarme nuclear.
El problema migratorio entre África y Europa o entre América Central y Estados Unidos es uno de los puntos más calientes para el debate. La gestión Trump propone “tolerancia cero”, lo que no convence a Europa y otras regiones que ya viven verdaderas crisis humanitarias.
En el debate también aparecerán temas de interés regional, como la situación en Nicaragua y Venezuela, y otros vinculados al apoyo clave que ese país brindó a la Argentina ante organismo internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), a la que Macri pretende ingresar.