Hace 50 años, un invento llegó para revolucionar la vida cotidiana de los argentinos: se trata del Magiclick, el encendedor que no sólo reemplazó a los fósforos encerados en la cocina, sino que además sorprendió por sus diseños.
Según publica Clarín, el pequeño artefacto fue comercializado por primera vez en el país, por la empresa Aurora. Durante sus primeros tres meses de lanzamiento, alcanzó las 80 mil unidades vendidas, y con una campaña publicitaria que causó sensación, instaló un slogan que muchos recuerdan hasta el día de hoy: Sin pila, sin cable y sin piedra.
"Tuvo la fortuna de surgir en el momento indicado. El Magiclick produjo un enorme impacto en los hogares. Fue innovador porque mejoró la relación entre los usuarios y los artefactos. Los fósforos de papel encerado Ranchera en la única opción para encender las hornallas. Se auto encendían, quemaban las uñas. Y los fósforos de madera eran carísimos. El Magiclick fue una oportunidad de dar un mejor servicio a bajo costo", explica a Clarín, Hugo Kogan, convocado en 1967 para ser el director del proyecto, en Aurora.
Así, el encendedor comenzó a conquistar todos los espacios: desde los anuncios publicitarios como el que protagonizó Gloria Carrá, hasta revertir el nombre genérico, ya que a partir de entonces, todos los encendedores comenzaron a llamarse Magiclick. Además, los creativos publicitarios empezaron a venderlo como un regalo, con un packaging innovador y atractivo.