Forenses de la Gendarmería Nacional no hallaron rastros que determinen si el sacerdote Juan Viroche fue golpeado antes de morir ahorcado en su capilla de la localidad tucumana de La Florida y ahora el fiscal del caso aguarda los resultados de estudios para establecer si al religioso le suministraron alguna sustancia para anular su voluntad.
En tanto, la Corte Suprema de Justicia de Tucumán invitó al arzobispo de esa provincia, monseñor Alfredo Zecca, "a mantener una instancia de diálogo respetuoso y honesto" para que brinde nombres y precisiones sobre las denuncias de corrupción e impunidad en el Estado que denunció su Arzobispado luego de la muerte del cura.
De hecho, los curas villeros de Capital Federal y Gran Buenos Aires aseguraron el lunes que no creen en la hipótesis oficial del suicidio y que tienen la "certeza" de que a Viroche (47) "lo mató la mafia que él denunció y por la cual fue amenazado".
Los peritos de Gendarmería descartaron que haya sido herido antes de morir ya que no tenía lesiones en las costillas y tórax -tal como había trascendido-, lo que coincide con los resultados de la autopsia realizada por los forenses locales.
Fuentes de la investigación explicaron a Télam que el fiscal de la causa, Diego López Ávila, ahora espera los resultados de los estudios histopatológicos para saber si a Viroche lo drogaron para anular su voluntad y de esta manera colgarlo simulando un suicidio.