La historia del mayor asesino serial de la historia argentina se convirtió en un éxito de taquilla. La misma trata sobre la historia de Carlos Robledo Puch, y fue llevada a la pantalla grande por el director Luis Ortega.
En las últimas horas, en el programa Secretos verdaderos, emitido por América, develaron que Robledo Puch le mandó una carta documento a Luis Ortega para frenar la película.
El periodista especializado en policiales Gustavo Carabajal soltó la bomba: "Robledo Puch le mandó una carta documento a Luis Ortega, a la dirección de la productora que está en Villa Crespo, prohibiéndole que usara su nombre para la película".
Ante la sorpresa de todos, detalló los motivos: "Fue porque Ortega le había mandado una carta en la cual le dijo que iba a hacer una película sobre él, y en la que le dice que cree en él, que cree en sus declaraciones y hasta lo trata como un hermano".
Además agregó: "Tengo la fuente de lo que estoy diciendo… Me hago cargo de lo que digo acá, porque sé que en esa carta, que le mandó Luis Ortega a Robledo Puch, le dijo que detestaba a la sociedad, que no creía en la ley, que no creía en los medios de comunicación ni en los periodistas. Y que él se ponía y le hablaba como un par y como un hermano… Y me hago cargo de lo que digo" aclaró el periodista.
Consultado por Clarín, Carabajal narró que esto sucedió en 2016, cuando Puch recibió una carta firmada por Luis Ortega. En el programa indicó que: "Siete pesos le costó, la mandaron de la sucursal de Villa Crespo del Correo Argentino… y en el sobre, atrás, figura el remitente del domicilio de la calle Lambaré. Ahí le mandó Robledo Puch la carta documento… Por eso Ortega mostró una visión onírica de Robledo Puch… esa carta que le manda, aparece firmada por Luis Ortega. Si la sometemos a una pericia caligráfica, capaz que ni la escribió él, pero la firma", sentenció el periodista.
En la misma línea, hace unos días la doctora Mariana Lestelle confirmó que desde el penal le comentaron que el asesino serial está muy enojado con la película. Si bien ella aclaró que no pudo hablar con Puch, tiene fuentes en la cárcel que le brindan información.
Lestelle visitó a Puch en el penal allá por 2007, cuando un médico que trabajaba con ella y lo atendía a él hizo de intermediario para que pudiera entrevistarlo, siendo la única mujer que se reunió en la cárcel con el asesino. Luego de esa charla Robledo le escribió varias cartas, pero la relación finalizó ahí. No volvieron a verse.