La cifra de muertos por el derrumbe del puente Morandi en la ciudad italiana de Génova ascendió este miércoles a 39, entre ellos tres menores de 8, 12 y 13 años.
Los equipos de rescate sacaron dos cadáveres más de entre las toneladas de concreto y hierros retorcidos del tramo del puente de la autopista A 10 que colapsó al noroeste de Italia, elevando así el número de víctimas fatales.
El inesperado desplome provocó que docenas de autos y tres camiones pesados cayeran al vacío desde una altura de 45 metros, mientras muchas familias circulaban por la ciudad a raíz del popular Ferragosto, como se conoce en Italia al feriado del 15 de agosto, y en medio de una violenta tormenta.
El jefe de Protección Civil, Angelo Borrelli, confirmó que otras 15 personas resultaron heridas en la tragedia. Entre los fallecidos hay tres niños, dijo el ministro del Interior, Matteo Salvini.
Además de emplear maquinaria pesada, los rescatistas treparon sobre los escombros con perros rastreadores para buscar más sobrevivientes o cadáveres en tareas que se extendieron durante la noche y continuarán durante el día de hoy.
Los investigadores intentan determinar qué pudo causar el derrumbe del tramo elevado de la autopista de la ciudad portuaria, mientras los políticos intentan hallar a quién responsabilizar por la tragedia.
Una testigo no identificada, que estaba parada debajo de la estructura, contó el martes a la televisora estatal RAI que "el puente cedió como si se tratase de una montaña de harina".
Expertos en ingeniería destacaron que la corrosión y el clima podrían haber influido en el colapso del puente con 51 años de vida.
En el Vaticano, el papa Francisco rezó el miércoles por las víctimas del accidente de Génova y expresó su "cercanía espiritual" con las víctimas, los heridos y sus familias y con los cientos de residentes que tuvieron que desalojar sus casas en la zona.