El primer día de noviembre de 2017, Hilda Horovitz se presentó ante el juez federal Claudio Bonadío y le solicitó que le tomara declaración testimonial en la causa que el magistrado por la defraudación contra la administración publica contra el ex ministro y diputado nacional, Julio De Vido. Fue luego de varios años de peleas judiciales con su ex pareja, Oscar Centeno, chofer de Roberto Baratta, la mano derecha de De Vido.
La relación entre Centeno y Horovitz había comenzado en mayo de 2006, cuando el sargento retirado del Ejército, que se había separara de su pareja, se instalara en un apart hotel en Parque Centenario del que Hilda era encargada. En ese momento, Centeno ya era el chofer de Baratta.
Según publicó el diario Clarín, primero se mudaron a una casa en Martínez, en la zona norte del Gran Buenos Aires, luego a un edificio en Bartolomé Mitre 2227, que era de Centeno y en 2012 regresaron a Olivos.
"Para 2015, la convivencia se volvió insostenible", declaró Centeno ante la fiscal Silvana Russi en una denuncia por extorsión contra Horovitz, donde la acusaba de extorsionarlo reclamándole dinero a cambio de no revelar lo que sabía sobre el dinero en efectivo que trasladaba en su auto Toyota Corolla.
Tras esa declaración, Horovitz también declaró que Centeno llevaba a Baratta a recorrer cuevas financieras a buscar dinero que retiraban en bolsos. También contó que con el dinero que le daba Baratta a cambio de su silencio, Centeno compró una casa de dos pisos en Olivos.
Este miércoles, el diario La Nación publicó una extensa investigación a partir de ocho cuadernos donde el propio Centeno habría detallado minuciosamente todos los traslados que hizo con Baratta y otros funcionarios buscando coimas de empresarios. Según contó el periodista Diego Cabot, el 18 de enero de este año, él mismo recibió una caja con los ocho cuadernos de Centeno.
