Los códigos cambian, incluso dentro de las parejas. Cada vez son más las que eligen estar juntos sin convivir, o viajar por separado y con amigos, o bien mantener sus finanzas personales separadas. Los nuevos acuerdos de pareja, que priorizan lo individual, llegan a veces hasta a tolerar la infidelidad, que ya no es tan determinante a la hora de una separación.
Uno de los grandes motores de estas mutaciones en las relaciones de pareja -muy marcados por la época- fue el avance de la mujer. Sebastián Girona, psicólogo especialista en parejas, dice: "Hoy se generan contratos menos asimétricos, en donde ambos tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones, a diferencia de otros tiempos en los que el hombre tenía más derechos y menos obligaciones que la mujer. Por otro lado, el otro tipo de contrato que aparece hoy en los vínculos tiene que ver con acuerdos que desafían las cláusulas habituales e históricas: desde vivir en lugares diferentes hasta la relación abierta en términos sexuales".
"Vivimos en una época en donde se prioriza lo individual por sobre lo grupal en general y eso también llega a la vida sentimental -agrega-. Todas las parejas sanas necesitan construir un "nosotros" por sobre el "vos y yo". En ese sentido esa construcción que requiere de esfuerzo, compromiso y mantenimiento, se presenta muy complicada en tiempos de individualidad exacerbada y compromiso frágil".
"Frente al fracaso de la fórmula clásica surgen nuevas alternativas que se postulan para reemplazar al estilo histórico. La fórmula tradicional está en crisis, pero no creo que vaya a desaparecer nunca. Lo que sí va a suceder es que la fórmula que conocemos hasta el momento como la única va a pasar a formar parte de un grupo y dejará de ser la única para ser una junto con estas nuevas formas, que irán consolidándose de a poco", asegura el especialista a La Nación.