Los equipos que se enfrentan en cada Mundial de la FIFA lo hacen por algo tan importante como intangible: la gloria. En este torneo que desde 1930 determina cuál es la mejor selección de fútbol del mundo, la gloria se materializa en el trofeo, en la Copa del Mundo.
Este domingo, Francia y Croacia se enfrentarán en el Estadio Luzhnikí de Moscú y el ganador se quedará con ese trofeo que representa la gloria, y que ya se encuentra en el campo de juego esperando a su nuevo poseedor.
Desde el inicio de la competencia hasta hoy, se han usado dos trofeos diferentes: el trofeo Jules Rimet de 1930 a 1970, y el trofeo de la Copa Mundial de la FIFA de 1974 en adelante. El primero fue robado a Brasil en 1983 y fue fundido por los ladrones, que confesaron años más tarde cuando fueron arrestados por la policía brasileña.
La actual Copa del Mundo está hecha íntegramente en oro de 18 quilates con una base de malaquita, pesa 6,170 kilos y representa a dos figuras humanas sosteniendo la Tierra. El diseño fue propuesto por el escultor italiano Silvio Gazzaniga.