El milagro alemán. Volvía Alemania, después de la Guerra. Y arrancó la máquina. Obtuvo su primer título contra una Hungría que emergía como invencible y que la había derrotado 8-3 en fase de grupos. "El vestuario alemán olía a jardín de amapolas", se quejaron los húngaros, con la sospecha de que se habían inyectado metanfetaminas en el entretiempo. Lo germanos reconocían tomar sólo vitamina C.
Rey sin corona. La maravillosa Hungría de Puskas convirtió 27 goles en cinco partidos, contó con el artillero del torneo, Kocsis, con once tantos. En el 9-0 sobre Corea del Sur, los asiáticos aplaudían los goles húngaros. Y no le alcanzó para ser campeona. Perdió la final y un invicto de cuatro años. Sorpresa mayúscula, como en el Maracanazo.
Viejo Zorro. Sepp Herberger armó la Selección alemana en los campos de batalla. Rescató del retiro y de las críticas al que fue el capitán, Fritz Walter (junto a Ottmar, son los primeros hermanos campeones del mundo, y los primeros en anotar goles en un partido, en la semi con Austria), y al goleador Helmut Rahn, alcohólico empedernido. En el humillante 8-3 contra Hungría en fase de grupo puso suplentes (autorizado por la Federación Alemana), para que los húngaros se confiaran.
Chocolate por la noticia. A salvo de los estragos de la Segunda Guerra Mundial, Suiza organizó la Copa del Mundo. Lejos del monumental Maracaná, su estadio más grande fue el Wankdorfstadion, de Berna (para 64.000 espectadores). Eso sí, Suiza tenía un par de cartas de peso para ser elegida: fue neutral en la Guerra, a salvo de los bombardeos. Y era la sede de la Fifa, en Zurich.
El padre de los mundiales. Fue la última Copa del Mundo de Jules Rimet como presidente de la Fifa, en la que asumió en 1921. El más famoso de ellos, nombrado presidente honorario y que dio nombre al trofeo, dio paso al menos conocido: el alemán Rodolphe Seeldrayers, quien asumió en 1954 y falleció al año siguiente. Era abogado y jugaba al golf.
Campeón moral a lo lejos. Argentina le dijo otra vez no al Mundial. El argumento principal era que quería ser el organizador de la Copa y Fifa se lo negaba. Juan Domingo Perón bajó el pulgar a la participación en Suiza. La AFA envió como observador a Guillermo Stábile, el artillero de 1930 y en su informe consignó: "Si Argentina iba, se hubiera destacado".
Puntos de rating. Francia-Yugolslavia fue el primer partido de un Mundial transmitido en vivo y en directo, en la pantalla de la recién creada Eurovisión. Ganó Yugoslavia con gol de Milos Milutinovic, hermano del reconocido Bora. Se televisaron en total ocho encuentros, con cuatro millones de espectadores. En los estadios suizos acudieron unas 880 mil personas durante el torneo.
Romperedes. El 7-5 de Austria al local Suiza en cuartos de final es el de mayor cantidad de goles en la historia, en 90 minutos. En el primer tiempo ya estaban 5-4, con los cinco goles austriacos en apenas 14 minutos. En los 26 partidos de ese Mundial se anotaron 140 goles, con promedio de 5,3 por cotejo. El más alto del historial.
Pisó fuerte. En la final el campo era un barrial y los alemanes resbalaban menos porque usaban los novedosos botines Adidas, con tapones atornillados y de mejor agarre que los viejos zapatones con tapones de madera. Creación de Adolf Dassler, apodado Adi, en 1949. Era contrario al Nazismo, mientras que su hermano, Rudolf, era ferviente seguidor de Hittler y una año antes había creado la marca Puma.
Batalla de Berna. De un partidazo entre Hungría y Brasil por cuartos de final, sobrevino un gresca descomunal que empezó en el campo, con tres expulsados, y se propagó al vestuario húngaro. El técnico brasileño, Zezé Moreira, lastimó a su coleta húngaro con un botín y Puskas dejó inconsciente de un botellazo a Batista Pinheiro, defensor del equipo brasileño
Mini faldas. Escocia participó en su primer Mundial, pese a ser la Selección más antigua del mundo junto a la inglesa, por una partido que disputaron en 1872. Llevó sólo 13 futbolistas y su técnico renunció tras perder en el debut con Austria. Para justificar la derrota argumentó que la interpretación del Himno fue tan larga que los jugadores se cansaron. En el segundo partido, Uruguay los goleó 7-0.
Chiste de gallegos. España disputó la eliminatoria para ese Mundial con Turquía. Ganó 4-1 de local, peridó 1-0 la revancha y en el desempate en Roma empataron 2-2. Igualaron en el alargue y como no había penales, fueron a sorteo. Un niño, Fanco Gemma, sacó el papel con un pañuelo rojo tapando sus ojos. Favoreció a Turquía, cuya Federación lo llevó al Mundial con todos los gastos pagos.