Los simios descendientes del dios-mono Hanuman viven como reyes en la ciudad tailandesa de Lopburi, donde son alimentados dos veces al día por las autoridades locales y andan a sus anchas por calles y templos.
Según la prensa local, hay más de 3.000 macacos (Macaca fascicularis) en la ciudad, situada a unos 150 kilómetros al norte de Bangkok, aunque las mayores colonias están en el templo de estilo jemer Prang Sam Yot y el altar Phra Karn dedicado al dios Vishnu.
Bandadas de monos escalan los árboles, las farolas y las fachadas de los edificios que tienen rejas en las ventanas para evitar las visitas inesperadas de los simios. El motivo de su adoración tiene origen en la leyenda según la cual son descendientes de Hanuman, que ayudó al príncipe Rama (avatar de Vishnu) a vencer al demonio Thotsakan, según el poema épico de origen hindú "Ramakian" (versión tailandesa del "Ramayana" indio).
Mientras los devotos encienden sus velas y dejan el incienso ante la estatua dorada de Vishnu en el cercano Phra Karn, los monos se balancean en las ramas de una gran higuera sagrada en el recinto o se dan un festín con plátanos, melones y todo tipo de frutas.
Las autoridades de ese país aprovechan la presencia de los descendientes de Hanuman para atraer turistas y todos los años celebran el Festival de los Monos, a finales de noviembre, un gran banquete en el que participan la mayoría de los macacos. Este evento se celebró por primera vez en 1989 y fue una iniciativa del empresario local. Plaek Thepalak, gobernador de la provincia, asegura que los monos y los hombres han aprendido a convivir tras muchos años de coexistencia.