Los resultados obtenidos por la medicina y la tecnología en pacientes en estado vegetativo resultan invaluables tanto para familiares, como para los científicos y para la sociedad. Las neuroimágenes funcionales que permiten registrar la actividad asociada al funcionamiento cerebral han permitido estudiar la actividad cognitiva en pacientes con trastornos de conciencia.
El neurocientífico Adrian Owen creó junto a su equipo un método para detectar la actividad cognitiva en personas en estado vegetativo. Como nuestro cerebro produce un patrón de activación característico cuando imaginamos diferentes situaciones, se le pedía al paciente que se imaginara jugando al tenis o recorriendo su propia casa, mientras se registraba su actividad cerebral con un resonador magnético.
"Si el cerebro de la persona en estado vegetativo produce esa activación típica en respuesta a esas órdenes, podría interpretarse como un indicador de signos de conciencia", indicó el neurocientífico argentino Facundo Manes en la edición dominical de Clarín.
Estas pruebas permiten entrar en el mundo de las personas en estado vegetativo. A su vez, contribuyen a ampliar el conocimiento sobre el cuadro clínico, el pronóstico y las posibilidades de tratamiento y recuperación. "Y ponen en cuestión los criterios diagnósticos consensuados para clasificar a un paciente como "en estado vegetativo", con las consecuencias médicas, legales, morales y éticas implicadas", concluyó Manes.