Ante la grave crisis política que afecta a Brasil, el Gobierno argentino tomó la decisión de no pronunciarse sobre la situación judicial del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien se entregaría a la Justicia este sábado.
De todas maneras, según pudo averiguar Clarín, hubo algunos contactos entre las cancillerías de ambos países con una intención "estrictamente informativa".
El ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Faurie, se comunicó en la noche del viernes con su par brasileño, Aloysio Nunes Ferreira Filho, para conocer la situación judicial del ex presidente.
"Si tu mayor socio está en esta situación política tan pesada, Argentina no tiene nada que decir, sobre todo cuando las instituciones están actuando", señalaron voceros de la Cancillería.
A su vez, indicaron que el Gobierno sigue la situación "con atención", pero "no hay nada que opinar" sobre asuntos institucionales de Brasil, el principal socio comercial y político de Argentina.
En ese sentido, el presidente Mauricio Macri les habría pedido a Faurie y al embajador argentino en Brasilia, Carlos Magariños, no formular declaraciones públicas para "resguardar la relación" con el gobierno de Michel Temer.
En cambio, dirigentes políticos del peronismo expresaron este viernes su respaldo al líder del Partido de los Trabajadores (PT) con una protesta frente a la embajada de Brasil en Buenos Aires.