El expresidente de Brasil Lula da Silva es trasladado en avioneta por la Policial desde San Pablo hacia Curitiba, en el sur del país, donde será ubicado en una celda policial para cumplir su condena de 12 años y un mes por cargos de corrupción y lavado de dinero. Militantes de su partido bloquearon la salida del sindicato donde se refugiaba para evitar que se entregue a la Justicia.
Tras casi 48 horas acuartelado en el Sindicato de Metalúrgicos, en la periferia paulista, en el que inició su carrera política y 26 horas después de vencido el plazo dado por la Justicia para entregarse, Lula tuvo dificultades para eludir a los militantes que querían impedir su entrega.
Esta mañana Lula anunció que acataría la decisión del juez Sérgio Moro en un encendido discurso ante una multitud donde afirmó que "no tengo miedo, voy a demostrar que soy inocente" y aseguró que "no perdono (a la Justicia brasileña) por haberle dicho a la sociedad que soy un ladrón". Al promediar la tarde, el exmandatario, junto a su abogado, estaba en un auto que se disponía a abandonar el Sindicato de los Metalúrgicos para entregarse a la Policía pero enfrentó una masa humana de militantes del Partido de los Trabajadores (PT) que no le permitió moverse, por lo que salió del vehículo y se dirigió nuevamente al interior del edificio.
La multitud, que desde el jueves pasado rodeó el edificio, se fue reduciendo desde que Lula anunciara esta mañana en un encendido discurso que se entregaría para comenzar a cumplir su condena, pero tras el intento fallido de dejar el sindicato aún permanecían en los alrededores varios cientos de personas, según mostraron cadenas de televisión locales.
Ya por la noche y luego de que el PT exigiera a sus militantes que liberaran la salida de Lula y de que la Policía realizara un ultimátum el expresidente pudo entregarse.
En medio de empujones y forcejeos entre los responsables de la seguridad de Lula y los militantes el exmandatario finalmente salió a pie y recorrió cerca de 100 metros, rodeado por policías hasta un vehículo de la Policía Federal que lo esperaba en las inmediaciones, reportó la agencia de noticias
El convoy policial que recogió a Lula se dirigió a la sede de la Policía Federal de San Pablo tuvo que reducir su marcha al llegar por la aproximación de centenas de manifestantes, entre partidarios y opositores.