Nicolás Cabre está, sin dudas, entre los mejores actores de Argentina, como lo demuestra en la exitosa obra Sugar. Pero ha tenido que convivir siempre con las criticas que lo clasifican como un "mala onda".
"Cada día pienso en colgar todo, no me muero si no actúo. Hay muchas veces que me he encontrado sentado en un camarín preguntándome qué era lo que me gustaba de todo esto, y en esos momentos a lo mejor no me lo podía responder", reveló el actor en una nota con Infobae.
Contó también qué opina sobre la posibilidad de que su hija siga sus pasos. "Rufina es lo único que me importa. Ella es mi prioridad, me interesa estar. Si Rufi el día de mañana quiere ser actriz y tiene ganas de estudiar teatro, va a estudiar", explicó.
Sobre qué le dice la gente en la calle cuando desde los medios se lo clasifica como mala onda y antipático, reveló: "Los que me esperan a la salida (del teatro) me dicen 'mandalos a todos a la puta madre que los parió'"