El desgarrador testimonio de un hombre que estaba viviendo en el predio de Guernica, donde habitaban más de mil personas, conmovió este jueves, después de que un operativo lo desalojara, por orden del juez de Garantías Martín Miguel Rizzo.
"Quemaron todas las cosas: los documentos de mis hijos, de mi señora, todo. Ni siquiera me dejaron sacar mis cosas. Estoy en la calle con mis hijos", dijo Carlos, llorando desconsoladamente, ante las cámaras de TN.
Contó también que su esposa está embarazada de ocho meses y que tienen un hijo de un año y seis meses. Carlos y su familia se instaló en la toma de Guernica "desde el principio", dijo, el 23 de julio, porque no podía seguir pagando alquiler explicó.
El hombre contó que hacía algunas changas, y con el dinero que cobraba llevaba comida a su familia.
"Llegué porque ya no tenía lugar para vivir, ya no podía pagar alquiler. Estaba sin trabajo, haciendo changuitas para sobrevivir. Es muy triste, me duele mucho. La propia Policía prendió todo fuego, no me dejaron sacar ni mis cosas", reiteró entre lágrimas.
"Pensamos que iba a ser un desalojo pacífico. No nos imaginamos que iba a pasar así, no somos animales. ¿Por qué no me dieron tiempo a sacar mis cosas?", agregó.
La versión de Carlos se contradice con lo que fuentes policiales dijeron a TN. Ellos sostuvieron que los propios manifestantes que defendían la toma fueron quienes comenzaron el fuego en algunas de las viviendas montadas en el predio y en los puentes para acceder al mismo.
Sobre el subsidio que Axel Kicillof anunció el miércoles, de $50.000 para atender el problema habitacional de personas "en extrema vulnerabilidad social", Carlos dijo que no sabía nada. "No llegó nada, por lo menos tendría que haber llegado alguien a ofrecer hacernos una vivienda, pero nada", sostuvo.
El ministro de Desarrollo bonaerense, Andrés "Cuervo" Larroque, dijo que la ayuda del Gobierno provincial se entregó a las familias que accedieron a dejar el predio antes del desalojo.
El miércoles, desde el Gobierno bonaerense dijeron que más del 80% de los ocupantes del predio ya se habían retirado, y que solo permanecían allí unas 800 familias, que resistieron allí junto a organizaciones sociales hasta el desalojo de la madrugada del jueves.