A una semana del papelón nacional, los diputados finalmente se pusieron de acuerdo: realizarán sesiones presenciales, tal como pidió Juntos por el Cambio (JPC), que tiene el 45% de las bancas. Pero estas se realizarán únicamente a pedido de al menos 10 legisladores y para debatir asuntos de peso. Para temas con potencial acuerdo mayoritario, los debates seguirán siendo por vía electrónica, como desde mayo.
No se especificó cuáles son los proyectos que podrían activar las sesiones presenciales, pero en carpeta hay por lo menos cinco: la reorganización de la Justicia Federal penal; que ya tiene la media sanción del Senado; la nueva fórmula de movilidad jubilatoria; la modificación del impuesto a las Ganancias; el aporte especial de las grandes fortunas, y nada menos que el Presupuesto 2012, que el ministro de Economía, Martín Guzmán, debe presentar la semana que viene.
La fumata blanca se produjo al cabo de dos horas de reunión de la comisión de Labor Parlamentaria, que es la que encabeza el presidente de la Cámara, en este caso Sergio Massa, y reúne a los jefes de los bloques, con el fin de definir los temarios y las reglas de las sesiones.
En este caso se realizó para definir cómo seguir funcionando en plena pandemia, tras el escándalo de la semana pasada, en que diputados (de JPC) se apersonaron en el recinto y figuraban como ausentes mientras los que se conectaron al sistema virtual figuraron como presentes, y se sancionaron dos proyectos por internet, lo que está siendo cuestionado ya judicialmente por los cambiemistas (tema del que en la noche del martes no se habló).
Desde mayo, la Cámara Baja —al igual que el Senado— vino votando leyes en sesiones a distancia y por computadora.
En Diputados esta sesiones se denominan mixtas, porque hasta un 18% de los legisladores (47 de los 257) pueden estar presentes en el recinto, mientras el resto participa desde sus domicilios o legislaturas provinciales. Pero todos deben estar conectados a un sistema que les permite pronunciar sus discursos y votar.
Sin embargo, el mes pasado JPC se opuso prestar acuerdo a la renovación del protocolo de sesiones mixtas (que tiene vigencia de 30 días y puede prorrogarse por el mismo lapso, siempre por consenso), por considerar que el sistema es inconveniente para debatir asuntos espinosos.
Los cambiemistas argumentaron que en proyectos con votaciones ajustadas, como podría ser el de la reforma judicial o la fórmula nueva para actualizar las jubilaciones, una simple ausencia por falta de conexión a internet puede alterar el resultado.
Además, señalan que el sistema les impide ejercer su rol parlamentario de la misma manera en que se lleva a cabo como si estuvieran en el recinto.
Al respecto, recuerdan que en el Senado la oposición quiso plantear la nulidad de la votación para la creación de la comisión investigadora de la deuda del Grupo Vicentin, impulsada por el neuquino Oscar Parrilli, y que no pudieron hacerlo porque los micrófonos estaban muteados, tras lo cual Cristina Fernández de Kirchner dio por finalizada la sesión.
Qué acordaron
Tal como anticipó Vía País la semana pasada, el acuerdo finalmente alcanzado fue tomando una propuesta que había formulado en el recinto la diputada macrista Silvia Lospennato y que tras bambalinas había sido bien recibida por Massa y por el Frente de Todos (FDT): sesiones presenciales, en lugares más amplios que el recinto, y a pedido de un espacio político, para tratar asuntos conflictivos.
En estos casos, según lo acordado, como el número de legisladores superaría la recomendación de la dirección médica de la Cámara (hasta 47 legisladores), se buscará un sitio más amplio, como un estadio, con buena ventilación, para cumplir con todas las exigencias sanitarias.
Los diputados y diputadas que, por su edad (más de 60 años) o porque estén cursando un embarazo o porque posean enfermedades preexistentes, formen parte del grupo de riesgo de la Covid-19, podrán optar por participar de la sesión a distancia.
En cambio, el funcionamiento de las comisiones seguirá siendo únicamente virtual, para todas las leyes, a fin de evitar el traslado de diputados a ciudad de Buenos Aires, donde está el edificio del Congreso.
Es decir que las leyes no conflictivas se tratarán con el sistema mixto que rige dede mayo, con hasta 47 diputados presentes en el recinto y el resto, conectados remotamente.
JPC hizo saber que "el resultado de la reunión es altamente positivo" y que "se consiguió que se habilite la instancia de las sesiones presenciales para los temas más complejos".
Agenda
En la reunión, Massa informó un cronograma de reuniones de la comisión de Justicia, en que se tratará la media sanción del Senado a la ley de la Justicia Federal penal, que insumirá al menos seis semanas, lo que implica que previamente deberá haber una nueva prórroga del protocolo (el acuerdo alcanzado este martes es por 30 días hábiles).
Respecto de la nueva fórmula de movilidad jubilatoria, el oficialismo hizo saber que para noviembre quiere tener dictaminado el proyecto que surja de una comisión especial que tiene esa misión específica, tras la suspensión de la forma de ajuste aprobada por ley durante el gobierno de Mauricio Macri (ata las jubilaciones a la inflación).
Del encuentro participaron, de manera presencial, Massa y los diputados de JPC Mario Negri (jefe del interbloque opositor), Cristian Ritondo, Álvaro González, Silvia Lospennato, Felipe Álvarez, Maximiliano Ferraro y Juan Manuel López; y los oficialistas Máximo Kirchner (jefe del bloque FDT), Cristina Álvarez Rodríguez y Cecilia Moreau.
También estuvieron jefes de bloques de otros espacios como el mendocino José Luis Ramón; los trotskistas Romina Del Plá y Nicolás del Caño; el lavagnista Alejandro "Topo" Rodríguez, y Luis Di Giácomo, de Juntos Somos Río Negro.
Por videoconferencia participaron Alma Sapag, del monobloque Movimiento Popular Neuquino (MPN); los santafesinos Luis Costigiani y Enrique Estévez, del Frente Progresista; el justicialista no kirchnerista Eduardo "Bali" Bucca; la tucumana Beatriz Ávila; la oficialista Daniela Vilar; el schiarettista Carlos Gutiérrez; el radical Alfredo Cornejo, y el misionero Ricardo Wellbach.
Por la corresponsalía de Buenos Aires.