El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, mantuvo este miércoles un encuentro con el embajador argentino en Brasilia, Daniel Scioli, y se mostró dispuesto a celebrar una reunión de trabajo con Alberto Fernández antes de fin de año.
"El presidente Bolsonaro tuvo palabras muy alentadoras hacia la Argentina, dijo que de corazón quiere lo mejor para Argentina, que quiere trabajar juntos. Yo le llevé el mensaje del presidente Fernández sobre la voluntad de trabajar juntos", explicó Scioli a Télam luego de la reunión.
El embajador estuvo en el Palacio del Planalto, sede del Gobierno de Brasil, donde presentó sus cartas credenciales. Lo que en principio iba a ser un encuentro formal se transformó en una reunión de trabajo.
Desde la llegada del Alberto Fernández a la Casa Rosada, la relación diplomática entre Argentina y Brasil estuvo marcada por contrapuntos entre ambas administraciones, producto de constantes críticas de Bolsonaro al gobierno argentino.
Las palabras del mandatario brasileño a Scioli fueron interpretadas como un intento de Bolsonaro de dejar atrás la actitud que asumió desde la campaña presidencial del 2019, en la que el brasileño apoyó al expresidente Mauricio Macri, para abrir el camino hacia el avance de la relación bilateral.
Entre los puntos principales tratados por Scioli y Bolsonaro, estuvo el interés por distender la relación entre Buenos Aires y Brasilia, también atravesada por la relación entre el presidente argentino y el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, el líder opositor brasileño.
"Bolsonaro me dijo 'tengo toda la predisposición a encontrarnos", contó Scioli, y aseguró que existe una hoja de ruta para concretar una reunión, virtual o presencial entre Alberto Fernández y su par brasileño.
"Mi sueño es que sea presencial", agregó el embajador Scioli, que se entusiasmó con la posibilidad de que el encuentro de los presidentes se haga realidad en noviembre, en coincidencia con un nuevo aniversario de la histórica reunión, en 1985, entre José Sarney y Raúl Alfonsín en Foz de Iguazú.
El 30 de noviembre de 1985, tras la salida de las dictaduras en ambos países, Sarney y Alfonsín firmaron la Declaración de Iguazú, que sentó las bases del Mercosur, pero también alejó las amenazas de una carrera armamentista y de energía nuclear que se asomaba entre Buenos Aires y Brasilia.