El presidente Alberto Fernández aseguró este viernes que la negociación de la deuda externa "es difícil" y con "tironeos", pero afirmó estar "seguro" que su gobierno alanzará "pronto" un acuerdo con los acreedores del país que tienen en sus manos bonos en dólares emitidos bajo legislación extranjera.
Fernández sostuvo que la pandemia de Covid-19 complicó mucho la economía del mundo y también la negociación de la deuda de la Argentina, que se perfila para seguir en las próximas semanas entre el ministro de Economía, Martín Guzmán, y los acreedores.
"Muchos de nuestros acreedores especulan para que la pandemia pase y poder negociar en mejores condiciones", aseguró en una entrevista con once periodistas de emisoras de Radio Nacional y RAE, con transmisión en vivo por Televisión Pública.
El jefe de Estado dijo que él siempre que habla de la deuda busca "quitarle un poco de dramatismo al tema", dado que cuando asumió el 10 de diciembre de 2019, la Argentina ya estaba virtualmente en default y con el crédito internacional completamente vedado.
Esto se configuró así, según Fernández, porque el reperfilamiento que había propuesto el Gobierno anterior a instancias del entonces ministro Hernán Lacunza consistía básicamente “en decir: no puedo pagar”.
“Desde que nosotros llegamos, cumplimos con las obligaciones que había en el medio y empezamos a plantearles a los acreedores una renegociación seria. Esa renegociación avanza como toda negociación: entre tironeos”, sostuvo.
Y agregó: “Vamos avanzando y nosotros tenemos la confianza de que podamos encontrar un punto de acuerdo con los acreedores. Para eso seguimos trabajando. Es una negociación y como tal, ninguna negociación es fácil”.
Fernández contó que días atrás almorzó con Roberto Lavagna en la quinta de Olivos, junto a quien recordó que en 2005 se anunció la oferta de canje en enero y la negociación terminó en diciembre. "Pasó un año", enfatizó y añadió: "Acá pasaron dos meses y nos piden resultados".
Fernández solicitó “ser un poco más cautos, más cuidadosos y menos ansiosos” a quienes piden que el acuerdo se cierre rápido y en las condiciones que plantean los fondos de inversión extranjeros.
"Lo que necesitamos es evitar que la Argentina siga siendo vista en el mundo como un país que no cumple sus obligaciones, porque eso no es bueno para la Argentina", dijo el Presidente, quien insistió en que no aceptará un acuerdo que alivie sólo a su gestión.
Para Fernández, “la Argentina debe dejar esta triste manía de tomar deuda que después no puede cumplir. Y en eso estoy empeñado. Y como le digo siempre a los acreedores: yo no quiero salvar solo a mi gobierno”.
El jefe de Estado reveló que “gran parte” de los acreedores con los que él y Guzmán hablan dicen: “Nosotros en tu gobierno no te jorobamos pero después empiecen a pagar”. Y en ese sentido dijo: “Yo quiero resolver el problema de la Argentina, no de mi gobierno. Yo finalmente seré alguna página en la historia que estará escrita espero que con cariño, pero seré solo una página y la historia de la Argentina seguirá”.
“Y yo lo que quiero es que en esa historia que venga no tengamos que seguir discutiendo esto porque es muy penoso como país cada diez, doce o catorce años volver a discutir cómo te pago por lo que me endeudé” dijo.
Según Fernández, en este caso fue un endeudamiento de "una enorme irresponsabilidad" llevado adelante por la gestión de Mauricio Macri. Y señaló que por ello, ahora la responsabilidad alcanza a todos: al que tomó la deuda y al que se endeudó. "Así que espero que eso pronto lo podamos resolver", dijo.
“Nos vamos a volver a levantar. Estoy seguro que vamos a poder encontrar un acuerdo y que nos levantaremos nuevamente”, concluyó.