El ministro de Economía, Martín Guzmán, se presentó esta tarde en el Congreso de la Nación para explicarle a la oposición cómo es la estrategia oficial para resolver la crisis de deuda, donde además dio a conocer cuáles son los tres pilares que para el deben apuntalar a la economía del país y reconoció que el peso no es una moneda confiable.
El funcionario aseguró que, si bien su propuesta para los acreedores no será "agresiva", "habrá frustración para los bonistas" que en un momento determinado especularon con grandes retornos ofrecidos por el macrismo y apostaron por ello.
Ante el Congreso de la Nación, el funcionario le pidió a todo el arco político que coopere para avanzar en la estrategia de resolución de la crisis de deuda con el objetivo de no volver a caer "nunca más" en ciclos de sobreendeudamiento.
Guzmán explicó que hay tres escenarios posibles sobre los que se puede trabajar para avanzar en la resolución de la crisis de deuda. El primero es no hacer nada, continuar con el plan de ajuste fiscal que propuso el macrismo y llegar así al equilibrio fiscal recién en 2026 y al superávit en 2030.
Un segundo escenario, que es más factible y realista e implica un trabajo, permitiría alcanzar el equilibrio fiscal en el 2023 y converger unos años después a un superávit primario de entre 0,6% y 0,8% del producto.
Y un tercer escenario, que va a llevar mucho más trabajo, con reversión de todas las dinámicas tributarias y productivas del macrismo, podría llevar a la economía a crecer 2% anual y con las exportaciones expandiéndose al 4%; en 2022 habría equilibrio fiscal, en 2026 habría un 1% de superávit fiscal primario y se convergería en 2027 a un superávit del 1,2%.
"Venimos a poner sobre la mesa lo que es la realidad. Muchas veces se han hecho promesas rimbombantes que luego no se pueden cumplir. Si queremos darle un final a los ciclos endeudamiento recurrente, hay que tomar compromisos que si se puedan cumplir. Esto no es tan optimista, pero sí realista. Lo que estoy planteando es cumplible y sostenible", dijo.
Solución sostenible
Durante su exposición, señaló que la tasa de interés promedio sobre la deuda en dólares que la Argentina venía pagando era del 7% en un mundo en el que las tasas son prácticamente cero. "Nosotros no queremos volver a ese mundo. No es una realidad sencilla para las distintas partes involucradas. Frustración ya ha habido", afirmó.
Y añadió: "La sociedad argentina está primero. No vamos a permitir que esa dinámica de frustración siga aumentando. Nosotros venimos a revertir eso. Está claro que va a haber frustración por parte de los bonistas. Pero nos tenemos que sentar a la mesa sobre la base de una cuota grande de realismo para evitar que esto sea una pérdida para todas las partes".
Luego, definió que la prioridad del Gobierno de Alberto Fernández es alcanzar una solución sostenible, que el resultado que se alcance le permita a la Argentina crecer y sostener en el tiempo ese crecimiento. Ratificó la decisión de reestructurar el pasivo, porque de lo contrario tendría que haber un ajuste fiscal de tal dimensión que se "destruiría definitivamente a la economía".
"Se habla de si la Argentina va a presentar una oferta que sea amigable o agresiva. Pero la propuesta y el enfoque no son amigable ni agresivo, es sostenible y eso tiene que quedar bien en claro. Lo que se busca es no ir a una confrontación directa, sino negociar sobre la base de buena fe", dijo.
Guzmán aclaró que la idea es no pagar intereses con la caja del Tesoro sino con las reservas del Banco Central para no tener que generar políticas de austeridad porque eso "haría mucho daño". Y expresó que eso se puede hacer, pero no por mucho tiempo porque las reservas no son infinitas.
Los "responsables de la crisis"
"El Fondo monetario internacional es también responsable de la crisis económica y de deuda que la Argentina está viviendo hoy. Es importante tener memoria para hacer bien las cosas en el futuro. Y el cambio de conducción en el Fondo en un contexto que estaba bien caliente, ha sido refrescante. Con el Fondo se viene trabajando de forma muy constructiva. En cada reunión que se tiene se hacen progresos", añadió.
Y el ministro de Economía sostuvo: "Entendamos que esta es una crisis en la cual todas las partes tienen responsabilidad: la Argentina; los bonistas que decidieron apostar y cubriéndose con una tasa de interés alta y apostando por un modelo económico que fracasó; y el FMI".
A lo largo de su exposición frente a los diputados hizo hincapié en el aumento de la pobreza, principalmente entre los chicos donde supera el 50%. Y luego hizo un repaso del "descalabro" que sufrieron casi todas las variables económicas durante el gobierno de Mauricio Macri.
"Hoy la Argentina vive una profunda crisis económica y social. De no resolverse la carga insostenible de la deuda, profundizaría el descalabro macroeconómico del país. En los últimos dos años, 465.000 argentinos han caído en situación indigencia. La pobreza aumentó del 2017 del 28,6% al 35,4% y sigue escalando", dijo Guzmán.
La deuda de las provincias
También aseguró que la deuda de las provincias es un "problema por resolver" y afirmó que no debería volver a ocurrir que estas vuelvan a emitir pasivos bajo ley extranjera en moneda de otro país.
"Venimos trabajando de forma coordinada con las provincias y obviamente hay un problema allí por resolver", dijo el funcionario sobre la crisis fiscal y de balanza de pagos que tienen los estados subsoberanos.
Está claro, según Guzmán, que "es insostenible que las provincias se endeuden en moneda extranjera y bajo ley extranjera. Ese es un problema que tenemos que resolver de forma permanente, eso no debería volver a ocurrir en la Argentina".
El funcionario defendió la decisión reciente del Gobierno de reperfilar el bono dual AF20 hasta septiembre debido a que los acreedores intentaron imponer las condiciones para que se pueda desarrollar un canje.
Reestructuración
Según el ministro, la única forma de que la Argentina ponga fin a su recesión y comience a responder a los vencimientos de deuda es que ese pasivo sea reestructurado. Esto bajaría la incertidumbre y aumentaría el gasto y la inversión del sector privado, con impacto positivo en la actividad, el comercio exterior y la demanda de empleo.
Guzmán fue directo: "Es una condición absolutamente necesaria para romper una dinámica de recesión que se profundiza, sacarse de encima esa carga de deuda que no se puede pagar". El funcionario aseguró que hay evidencia empírica, por historia de otros países, que demuestra que sus afirmaciones tienen sentido.
"La deuda pública bruta pasó del 52,6% del Producto Interno Bruto al 88,8% en el 2019. Se dio un brutal crecimiento sin que haya una expansión concomitante de la capacidad productiva del país. Y hoy la Argentina enfrenta una carga de deuda que lo está pisando, que le impide salir de esta espiral recesiva, de esta caída libre", dijo.
Sin críticas histriónicas, el funcionario responsabilizó al gobierno de Mauricio Macri y su esquema económico por la crisis actual. "Se vendió al mundo que el cambio en las reglas de juego iba a generar una dinámica virtuosa, se vendió la idea de la lluvia de inversiones que iba a generar la capacidad productiva para hacer luego frente a los compromisos. La realidad está a la vista. Nada de eso ocurrió".
Describió que se tomó deuda, llegó al país lo que se denomina capital de portafolio, pero sin embargo jamás se concretó la lluvia de inversiones para el sector productivo. Por eso, defendió el viraje que le está dando el Gobierno de Alberto Fernández a la economía: "Poner al sector productivo en el centro de la estrategia y darle paz a la ciudadanía".
"Lo que buscamos hacer es reemplazar un modelo que no funcionó, por otro modelo en un contexto de restricciones muy duras. Es clave entender cuáles son las condiciones desde las que se parte. Nuestro diagnóstico es que hay problemas coyunturales, pero también estructurales", dijo.
En ese sentido, ejemplificó: cuando se miran las cantidades exportadas se está igual a 2012. "Es una tendencia que hay que romper", afirmó. Y volvió a disparar contra el macrismo: "Todos los datos muestran que en 2016 la economía entró en una caída libre, y eso es lo que hay que detener".
Por ello, propuso apuntar a una estructura distinta de la economía argentina a la actual, con una mayor diversificación, que permita satisfacer las condiciones de la inclusión social y del dinamismo económico. Porque no alcanza con redistribuir lo que hay, la torta tiene que crecer. Y tercer, la estabilidad: la consistencia macroeconómica, las cuentas en orden.
Guzmán dijo que hay que atender distintos frentes: el externo y fiscal. "Necesitamos tener una moneda propia que sea confiable. El peso, está claro y no tenemos ni siquiera que discutirlo, no es una moneda confiable. Es una moneda excesivamente y extremadamente volátil, de las más volátiles el mundo".
Guzmán se presentó pasadas las 17 en Diputados para brindar un informe de alrededor de una hora sobre la ley sancionada por el Congreso la semana pasada, en medio de la negociación que emprendió el gobierno de Fernández con los acreedores para reestructurar la deuda pública.
La sesión informativa de Guzmán es el mismo día en que llega a Argentina una misión del FMI en el marco de la negociación con el equipo económico, y, a la vez, agrupaciones de izquierda protestarán contra el pago de la deuda.
Marchas paralelas
Paralelamente a la sesión, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) llamó a una movilización, a la que se sumaron varias organizaciones de respaldo al Ejecutivo en su negociación con el FMI.
El objetivo es "acompañar el intento por parte de la cartera de Hacienda de declarar que el pago de la deuda externa es insostenible", expresó en un comunicado Daniel Menéndez, subsecretario de Promoción de la Economía Social y Desarrollo Local y referente de esa organización.
También el Frente de Izquierda y los Trabajadores (PTS, PO y MST) concentraron en 9 de Julio y Avenida de Mayo, bajo la consigna "Llega la misión del FMI-Malvenidos" y en rechazo al "pacto Gobierno-oposición".