Un insólito momento se vivió en el Rod Laver Arena de Melbourne, durante el Abierto de Australia, cuando el tenista español Rafael Nadal ingresaba a la zona de vestuarios. Uno de los guardias de seguridad lo frenó para pedirle su identificación, y como no la llevaba, no quería dejarlo entrar.
Sorprendido, el número uno del mundo no pudo evitar reírse, y le señaló al hombre una gigantografía de él mismo que se encontraba en una de las paredes. Finalmente, los guardias lo dejaron pasar.
La particular situación, que se viralizó en las redes sociales, fue registrada por las cámaras de seguridad del estadio. Algo similar le había ocurrido a Roger Feder en el mismo torneo, en enero del año pasado. En aquel momento, con mucho respeto, el suizo esperó a que uno de sus colaboradores llegara para mostrar la acreditación.
En cuanto a lo deportivo, Rafa fue derrotado por el austríaco Dominic Thiem por 7-6 (7-3), 7-6 (7-4), 4-6 y 7-6 (8-6), luego de cuatro horas y 10 minutos de juego. El quinto en el ranking de la ATP enfrentará en semifinales al alemán Alexander Zverev (7).
