Pablo Ventura, el adolescente que fue incriminado por los demás detenidos en la golpiza fatal contra Fernando Báez Sosa, habló por primera vez después de recuperar su libertad: "Las personas saben cómo soy", dijo. Sobre los chicos que lo implicaron, dijo: "No los odio".
Acompañado de su papá, José María, Pablo dijo seguir "triste y mal" pero que ya estaba "un poco mejor". "Todavía no pude hablar con casi nadie", contó también.
Además de los diez rugbiers que fueron detenidos en una casa que alquilaban a pocas cuadras del boliche Le Brique, donde fue golpeado y asesinado Fernando, Ventura fue detenido después, en su casa de Zárate. La Policía llegó a él porque los demás implicados habían mencionado su nombre.
Desde un primer momento la familia de Ventura aseguró que el chico era inocente, que no jugaba al rugby en el Náutico Arsenal de Zárate (como los demás) y que ni siquiera estaba en Villa Gesell al momento del ataque.
Incluso presentaron a la Justicia un video en el que se ve a Pablo cenando con su papá y su mamá en un restorán de la Costanera de esa localidad, horas antes de la golpiza a Báez Sosa.
El martes, Ventura fue liberado después de cuatro días detenido, ya que la Justicia comprobó que no tenía nada que ver con el hecho. "Tratar de a poco ir volviendo a la normalidad. Me siento mejor por suerte. La verdad fue muy difícil", dijo este miércoles el chico, que antes se había negado a hablar con la prensa.
Sobre la noche previa a su detención, Pablo confirmó lo que habían declarado los testigos: "Estuve en la casa de un amigo, tranquilo, no hice otra cosa", aseguró. Y sobre el momento de la detención, contó: "No me asuste, es que no entendía nada".
Su padre contó este mediodía que Pablo no había podido ni hablar con su mamá por teléfono: "Lloraba uno de un lado, el otro del otro", dijo, y contó que su hijo "no paraba de vomitar anoche".
En cuanto al motivo por el que los demás imputados habrían mencionado a Ventura para implicarlo en el crimen, José María dijo: "Con uno de ellos tuvo un altercado hace años. Por eso no entendemos el bullying. Estos chicos cuando los descubrieron no tenían la dimensión, no sabían que había asesinado a alguien", aventuró el hombre, quien reconoció que en Zárate "hay mucha pica entre el remo y el rugby".