Tal como lo anunció en su primer discurso como presidente, Alberto Fernández decretó el viernes la intervención de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), por un plazo de 180 días. El jefe de Estado designó al frente del organismo a la fiscal Cristina Caamaño.
Además, los fondos que estaban reservados para la AFI serán redirigidos al programa Argentina contra el Hambre, con el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, a la cabeza.
En el mencionado decreto, Fernández manifestó que cuestiona el "notorio retroceso institucional" que hubo en ese organismo durante la gestión de Mauricio Macri, utilizándolo "por fuera de los objetivos legítimos que toda actividad de inteligencia debe poseer en el marco del estado constitucional de Derecho".
Según informó Clarín, Caamaño llegó este lunes al edificio central de la ex SIDE junto a Santiago Cafiero, el jefe de Gabinete de Ministros.
Fernández consideró que la designada interventora de la AFI "no apoya un proyecto partidario" sino que "es parte de un movimiento dentro de la Justicia que, en todo caso, tiene una mirada del país parecida a la nuestra". En una entrevista con el canal América TV, destacó también la "honestidad intelectual, capacidad y coraje" de Caamaño.
"Preparar y elevar a consideración del Poder Ejecutivo una propuesta de reformulación del Sistema de Inteligencia Nacional, que garantice la producción de información de calidad y oportuna para la seguridad interior, la defensa nacional y las relaciones exteriores de la Nación, limitando el accionar de cada uno de sus componentes a las funciones constitucionales y legales respectivas y reduciendo la actividad confidencial al mínimo necesario funcional", será la función de Caamaño.
La fiscal también podrá "modificar la estructura orgánica y funcional de la AFI, pasar a disponibilidad al personal que estime conveniente", y cambiar "su régimen de intervención de fondos reduciendo las partidas confidenciales al mínimo indispensable para su funcionamiento".