A más de 80 años de la primera película de Blancanieves, continúan saliendo a la luz macabros detalles sobre la verdadera historia de la princesa de Disney. El cuento donde una joven muchacha muere por una manzana envenenada y solo el amor verdadero puede revivirla tiene su origen en una producción de los hermanos Grimm.
Sin embargo, los autores daneses se inspiraron en una leyenda mucho más trágica. La mujer de piel pálida y cabello oscuro que vive en el bosque con siete enanos obreros oculta una historia más terrible que la injusta trama que Disney vendió durante tantos años.
Según las investigaciones de algunos historiadores, sus orígenes datan de la princesa alemana María Sofía Margarita Catalina Von Erthalm que padeció el destrato de su madrastra. Maria Sofía padecía ceguera a causa de una viruela y quedó huérfana de madre en 1741. Su papá, el viudo Philipp Christoph von Erthal, conde de Kurmainz, se casó con Claudia Elisabeth Maria von Venningen, condesa imperial de Reichenstein, reconocida por su fuerte caracter.
Según los libros, Claudia prefería los hijos que había tenido antes de casarse con Philipp y dejaba de lado a María Sofía. A raíz de este rechazo y maltrato, se habría originado el personaje de Maléfica.
En cuanto a la leyenda del objeto, en verdad existió un "espejo parlante" en el castillo de los von Erthal, un adorno de la época que actualmente se encuentra en el Museo Spessart, en la ciudad de Mainz.
Pero lo verdaderamente terrible que Disney no se atrevió a contar es que en la región existía una mina donde los que trabajaban era niños explotados, debido a que sus pequeñas contexturas les permitía cavar mejor. La princesa María Sofía tenía una estrecha relación con estos niños, aunque se desconocen los motivos.
Pero las versiones son confusas y varias. Para el historiador alemán Eckhard Sander, autor del libro "Blancanieves: ¿un cuento de hadas?" argumenta en su investigación que la verdadera historia de Blancanieves está inspirada en la vida de Margarete von Waldeck, condesa alemana nacida en 1533.
Desde niña, Margarete pasaba sus tardes jugando con niños, súbditos del reino, que padecían una extraña enfermedad con la que habían envejecido de manera prematura. Estos pequeños estaba desnutridos, vestían ropas viejas y trabajaban en el castillo en pésimas condiciones.
Según el relato de Sander, Margarete fue obligada por su madrastra Katharina de Hatzfeld, a mudarse a Wildungen, Bruselas. Instalada en Bélgica, Margarete se enamoró de quien años más tarde se convertiría en Felipe II de España, De una manera muy misteriosa, la joven con apenas 21 años fue encontrada sin vida en su habitación, días más tarde de expresar sus intenciones de casarse con Felipe.
Lo cierto es que entre rumores de la época y la cuota precisa de imaginación, los hermanos Grimm lograron una trama que, años más tarde sería adaptada por Disney para contar historias de bosques, tiernos animales, príncipes verdaderos y finales felices que poco se parecen a la realidad.