Cristina Kirchner declaró este lunes en la causa por el direccionamiento de la obra pública en Santa Cruz. La expresidenta rechazó las acusaciones en su contra y apuntó contra el Poder Judicial y el gobierno de Mauricio Macri porque, según denunció, la causa es una "persecución contra alguien por haber sido presidente de la Argentina".
"Este juicio está montado sobre la hipótesis de que Néstor Kirchner fue presidente para armar una asociación ilícita con un empresario de la construcción", cuestionó la vicepresidenta electa al exponer ante los tres jueces del Tribunal Oral Federal en el primer juicio que afronta por supuestos hechos de corrupción durante su mandato (2007-2015).
"Te imputan estupideces y ni siquiera te dejan demostrar que son estupideces que otros también cometieron. Increíble", sostuvo sobre la imputación como supuesta jefa de asociación ilícita.
La expresidenta advirtió: "¿Si esto no es un lawfare, si esto no es una persecución, qué es?". Y planteó con ironía su rechazo a las acusaciones en varias de las causas por presuntos hechos de corrupción: "Soy jefa de cuatro asociaciones ilícitas. La verdad que no sé cómo tuve tiempo para gobernar, porque me la pasaba armando asociaciones ilícitas".
“En la última asociación ya no soy jefa de la banda de un empresario de la construcción. Ahora soy jefa de la banda de todos los empresarios de la construcción de la Argentina, en lo que se conoció como la causa de los cuadernos de la corrupción”, agregó.
Cristina repudió también la "persecución" contra sus hijos Máximo y Florencia Kirchner. "Cometieron un delito terrible, ser los hijos de Néstor y de Cristina Kirchner", se quejó.
Asimismo, puntualizó que en el caso de Florencia se realizó un "fotomontaje" en la que se la ve "frente a millones de dólares como si los hubiéramos robado y "sin aclarar, porque se la pasaron buscando la ruta del dinero k en Seychelles, en Caimanes, en los Panamá Paper no, que era el dinero de los plazos fijos que habíamos convertido en dólares".
“En esas cajas había años de plazos fijos míos y de Néstor, todos declarados”, aclaró y aseguró que cuando terminó su presidencia, en 2015, y “después de la primera devaluación” decidió pasar esos pesos a dólares porque consideró que el nuevo gobierno iba a “hacer un desastre”.
Al respecto, Cristina Kirchner insistió en advertir que su “hija apareció como si hubiera robado millones de dólares y era la sucesión de su padre, declarada”.
La expresidenta también se quejó por la difusión de las escuchas ilegales, en la que se reprodujeron audios de ella conversando con el extitular de la AFI Oscar Parrilli. "Se escuchan y se transmiten conversaciones privadas de una expresidenta con un exministro, Oscar Parrilli. Se difunden y hay programas de televisión que anuncian, cual circo: 'hoy gran función, las conversaciones de Cristina y de Oscar Parrilli'. Sin que a ninguno de esta casa responsable de las garantías de los ciudadanos de la Argentina se les mueva ni un pelo", alertó.
La actual senadora nacional, quien asumirá como vicepresidenta junto al presidente electo Alberto Fernández el próximo 10 de diciembre, está acusada de ser la jefa de una asociación ilícita que adjudicó de forma irregular unos 50 contratos de obra públicas viales en la provincia sureña de Santa Cruz a la empresa constructora de Lázaro Báez, otro de los imputados de la docena que personas que están procesadas en la causa.
En esta causa también están acusados el exministro de Planificación Federal Julio De Vido, el exsecretario de Obras Públicas, José López, y exfuncionarios de Vialidad Nacional.
La expresidenta también afronta otros cuatro juicios por supuestos delitos cometidos durante su mandato cuyas fechas de inicio no han sido definidas aún.