El gobierno italiano decretó el jueves el "estado de emergencia" en Venecia y evaluará la gravedad de los daños al patrimonio cultural luego de la llegada de las denominadas "aguas altas" que cubrieron la ciudad en más de un metro y medio y podrían poner en peligro algunas de sus atracciones más destacadas como la Basílica de San Marcos.
Mientras el ministro de Bienes Culturales de Italia, Dario Franceschini, planteó hoy que "apenas empiece a bajar el nivel del agua se iniciará" una evaluación de su cartera para medir el alcance de "los daños al patrimonio cultural", el gobierno decretó el "estado de emergencia" en su reunión de gabinete de este jueves.
La subida del agua, que con más de 187 centímetros registró esta semana el máximo desde 1966, dejó bajo agua a toda la ciudad e inundó algunas de sus atracciones principales, como la icónica basílica de la ciudad famosa por sus canales. Los diarios Repubblica y Corriere, relevaron las estructuras patrimoniales que podrían haberse visto afectadas por lo que el procurador de la Basílica de San Marcos, Pierpaolo Campostrini, definió como una situación "a un paso del Apocalipsis, a un pelo del desastre".
La cripta de la basílica quedó sumergida por más de un metro de agua salada, que de acuerdo a su procurador, Carlo Alberto Tesserin, dañó las tumbas de los patriarcas que reposan en ella. Además, la especialista Silvia Giulia alertó por una "corrosión irreversible" en la estructura, que pueda derivar "de forma silenciosa" en una situación de peligro de derrumbe.
Según Campostrini, el peligro es que la corrosión de la sal del agua, que además arrastró cantidades de barro, "puede gestar problemas estáticos a las columnas que sostienen la basílica". En la Plaza de San Marcos, también notablemente anegada, el principal daño pudo haber recaído sobre los espacios gastronómicos como cafés y restaurantes, que quedarán comprendidos dentro del bonus de 20 mil euros anunciado por el premier Giuseppe Conte para empresarios alcanzados por los efectos del agua.
Además, el teatro La Fenice quedó con su sistema eléctrico inutilizable, así como con graves daños al mecanismo anti-incendios. En el mismo plano, una obra realizada en mayo por el artista Banksy en los alrededores del Campo Santa Margarita, que simboliza a un niño náufrago, quedó tapada por el agua.
En la lista de emblemas venecianos que corren riesgos se anotan también el Palacio Ducal, que continúa cerrado hasta por lo menos este viernes con el fin de evaluar los daños reales que puedan haber surgido por la inundación en pisos y paredes. Por otro lado, a nivel de museos, el Museo Guggenheim reportó daños en áreas de circulación y venta de billetes, pero confirmó que no había obras perjudicadas por la subida de las aguas.
Una situación similar reportó la Bienal de Arte, que este jueves reabrió sus puertas luego de no haber sufrido alteraciones en las obras que alberga. Por el alta del agua se interrumpieron, también, las actividades en el Auditorium Santa Margherita, donde las autoridades anunciaron la cancelación de dos conciertos, uno previsto para hoy y otro para el domingo. Además, confirmó la cadena pública Rai, una persona murió durante las inundaciones y más de 70 embarcaciones fueron dañadas. De la segunda que dan los medios, se estima que su deceso se produjo antes de producirse la inundación, aunque su cuerpo fue hallado durante la misma.