Un estudio reveló que más de la mitad de los argentinos no ingieren los dos litros de agua recomendados por la OMS

Las infusiones están en el primer lugar, seguidas por los jugos y en tercer puesto el agua mineral que superó por poco a las gaseosas.

Imagen archivo. Personas recolectan agua de una fuente pública en una tarde de calor en el Panteón de Roma. Foto: AP Photo/Andrew Medichini.
Imagen archivo. Personas recolectan agua de una fuente pública en una tarde de calor en el Panteón de Roma. Foto: AP Photo/Andrew Medichini.

El 55% de los argentinos consume menos de 1,5 litros de agua por día, inferior a los 2 litros recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para mayores de 18 años, según una encuesta nacional que se conoció este domingo con motivo de la semana de la hidratación, que se conmemora del 23 al 27 de septiembre.

El relevamiento se realizó en junio de 2019 e incluyó a 1.007 adultos del país, mostró además que solo 2 de cada 10 padres consideran que la hidratación "es relevante" a la hora de elegir las bebidas que consumen sus hijos. Las infusiones encabezan el ranking, con el mate en primer lugar, mientras que el agua mineral concentra el consumo de 3 de cada 10, un poco por encima de las gaseosas.

"Estar hidratado significa que el agua que consumimos a través de bebidas y alimentos guarda un equilibrio con aquella que se pierde por transpiración, respiración y eliminación por vía urinaria", explicó a Télam, Paola Harwicz médica especialista en Cardiología y Nutrición.

La OMS recomienda a los mayores de 18 años tomar 2 litros de agua por día.
La OMS recomienda a los mayores de 18 años tomar 2 litros de agua por día.

Harwicz señaló que si bien existen alternativas como bebidas y jugos azucarados, infusiones, sopas o caldos, el agua "es la opción por excelencia para la hidratación diaria, ya que no aporta calorías ni aditivos". La OMS recomienda a los mayores de 18 años tomar 2 litros de agua por día. En la Argentina el promedio consumido por adulto es menor, ya que un 33% bebe entre 1,5 y 2 litros y un 55% bebe menos de 1,5 litros, según el estudio difundido por la consultora Kantar.

Asimismo, el European Food Safety Authority (EFSA) definió en 2010 las recomendaciones para el consumo de agua según la "edad, género, situación vital (embarazo, lactancia), temperatura del ambiente y nivel de ejercicio" de cada individuo. De acuerdo con EFSA, "las embarazadas deberían incrementar en 300 mililitros la ingesta de líquidos, mientras que durante la lactancia se propone un aumento de 700 mililitros diarios".

Los niños de hasta un año deben beber entre 680 mililitros y 1 litro de agua al día, mientras que los niños de entre 1 y 13 años deberían beber entre 1,1 y 1,9 litros a medida que crecen. La encuesta demostró que la leche es la bebida más consumida con 84% en chicos de entre 1 y 5 años, mientras que entre los 6 y los 12 años la elige el 67%.

Las gaseosas ocupan el cuarto lugar de las bebidas más consumidas por los argentinos.
Las gaseosas ocupan el cuarto lugar de las bebidas más consumidas por los argentinos.

El agua filtrada y el agua mineral ocupan el tercer y cuarto lugar, luego de los jugos, que se ubican en la segunda posición. Es decir, que "el agua mineral es consumida por 4 de cada 10 niños de 1 a 5 años, y por 3 de cada 10 de 6 a 12 años", indica la investigación.

"Debemos estar atentos a ofrecer agua a los niños pequeños e individuos añosos, dado que son los más vulnerables y con mayor riesgo de deshidratación. Es fundamental que los más pequeños naturalicen el hábito de tomar agua a través del ejemplo de los adultos, para generar un cambio desde temprana edad", retomó Harwicz.

La especialista explicó que el consumo de agua es "fundamental" para que el organismo funcione de manera adecuada: favorece la eliminación de residuos a través de la orina, controla la temperatura, modula la frecuencia cardíaca y presión arterial, lubrica articulaciones, participa en distintas vías metabólicas y facilita la digestión. Además, cuando se presenta la sed, el organismo ya tiene una leve deshidratación, por lo que se recomienda "no esperar a tener sed para beber".