Scott Dixon, quien había largado desde el primer puesto, quedó fuera de las 500 Millas de Indianápolis este domingo tras sufrir un escalofriante accidente en el que su monoplaza salió despedido por los aires e impactó contra la cerca de seguridad, antes de partirse en dos.
Pese a la fuerza del impacto, el habitáculo del auto permaneció intacto y volvió a la pista, dejando un sinfín de chispas y llamas. Así, el campeón de la temporada de 2008 en la IndyCar pudo salir por su propios medios mientras el público lo ovacionaba.
El neozelandés caminó hacia una ambulancia y se izó la bandera roja en la carrera, en tanto que las cuadrillas de trabajadores retiraran los restos del vehículo esparcidos en un radio de decenas de metros.
"Sólo estoy un poco golpeado. Definitivamente fue un accidente muy duro", comentó Dixon, a lo que agregó: "Lo lamento por el equipo. Teníamos una gran oportunidad de ganar".
Jay Howard, el piloto británico involucrado en la colisión con Dixon, culpó por el accidente a Ryan Hunter Reay, quien trató de rebasarlo y lo obligó a que se desviara hacia la parte alta de la pista. El auto del inglés Howard golpeó la barrera y se desplazó hacia el interior de la pista, donde Dixon lo embistió.
"Estábamos ahí, tratando de recuperar algunas vueltas, y Hunter-Reay se fue sobre mí", dijo Howard, quien marchaba muy rezagado tras quedarse sin combustible. "Me desvié, tratando de ser cortés. Pero se fue directo hacia mí".