El secuestro de un colectivo con más de 30 personas a bordo en Río de Janeiro terminó con el secuestrador siendo abatido a tiros por miembros del Bope, grupo de élite de la policía brasileña.
Fueron seis disparos y luego un policía, desde arriba de un camión, hace un gesto de victoria hacia los periodistas y curiosos apostados cerca del lugar, como una confirmación de que el delincuente había sido asesinado.
El secuestro ocurrió alrededor de las 5.30: el hombre, presuntamente armado, secuestró el colectivo y amenazó con prenderlo fuego. Fue en el puente Río-Niteroi. Finalmente se comprobó que el arma era una réplica.
Durante la mañana se consiguió que el delincuente, encapuchado y con una remera blanca, liberara a seis rehenes, cuatro mujeres y dos hombres.
Y finalmente, pasadas las 9 de la mañana, cuando el secuestrador bajó del colectivo, recibió varios disparos y murió. Ningún rehén resultó herido.