Sin fechas exactas y con la calidez que caracteriza a estas bellas mujeres, comenzaron a contar esta historia de amistad que sobrevivió a través de los años.
Delfina Moresco de Fassina y Emilia Frigola de Costanzo (Yayi),viven en Balnearia y son amigas, se conocieron de jóvenes, cuando Delfi iba con su novio al cine donde Yayi era la dueña. Con el tiempo empezaron a hablar: " Yo la conocí a ella de soltera, pero no tenía relación, pero cuando Delfi se casó, empezamos como de vecina a vecina, nos poníamos a charlar, yo me cruzaba a su casa o ella a la mía, pero nada más que eso", comentó Yayi.
Delfi y Yayi, son vecinas, una vive en frente de la otra. Con el tiempo tuvieron sus respectivos hijos, ellos hicieron amistad, fueron al colegio juntos, jugaban juntos y eso fue uniendo a las familias.
Hace unos 21 años, quedaron viudas y eso fue incrementando su amistad, mitigar el dolor de las perdidas entre las dos, hizo más sólida la relación: "Tenemos nuestros días alegres, pero sobre todo compartimos nuestros llantos" dijo Delfina.
Ellas dicen que no hay palabras para describir lo que sienten, hablan de que es algo reciproco, de saber lo que le pasa a la otra, de no tener secretos: "No lo podemos describir, es una cosa que se siente, lo sentimos, realmente es una amistad tan sólida que nunca nos peleamos" afirmó Yayi.
Cuando la amistad es tan grande, no hacen falta palabras para que la otra persona entienda algunas cosas, en el caso de ellas, hay señales que permiten a Yayi y Delfi, saber sus estados de ánimo: "yo controlo las persianas del dormitorio de Delfi, si son las nueve y media y están bajas, ya me pongo intranquila y voy", dijo Yayi. Delfi también entiende el código: "Yo cuando me siento mal, dejo un poquito abierta la persiana y dejo la puerta sin llave para que ella pase".
Ellas viven solas, cada una en su casa, pero durante el día están juntas, se ayudan y se consuelan: "no es fácil, vivir solas, vivir llenas de recuerdos, por suerte nos tenemos y tenemos a nuestras familias" afirmo Yayi.
Es una amistad que emociona y que perduró en el tiempo gracias a los valores del respeto, la solidaridad y el amor mutuo.