Investigadores del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) y un perito de parte, que declararon en la tercera audiencia del juicio por el crimen de María Leonor Gine coincidieron en que hubo un único agresor y, sobre la base de las pruebas analizadas, concluyeron que fue el nieto de la víctima, Agustín Morales, principal imputado en la causa.
Por el contrario, precisaron que no se encontraron indicios de que Tania Aguirre y Federico Detzel, hayan tenido participación en el asesinato. En la segunda jornada, un policía que detuvo a Morales y lo trasladó a la Unidad de Homicidios, contó que el joven le confesó el crimen, y que también dijo que Detzel no tenía nada que ver con lo sucedido.
En la pericia integral los especialistas descartaron una acción en conjunto en la comisión del crimen. Señalaron que el asesinato se cometió en el espacio de la cocina y que en ese lugar solo se encontraron huellas compatibles con el pie descalzo y desnudo de Morales.
Para los peritos, la agresión habría comenzado con ambos de pie y luego el victimario se habría abalanzado sobre la víctima y que casi todas las estocadas fueron a 60 centímetros del piso. En el pantalón de Morales se halló sangre con perfil genético suyo y de su abuela. También en una remera de Gine se halló ese perfil genético mezclado de ambos.
La agresión se cometió con arma blanca, con un cuchillo sierrita de marca tramontina, en la hoja se encontró sangre compatible con la de la víctima y en el mango había células epiteliales de Morales. La víctima presentaba 33 heridas cortantes, la mayoría en la cabeza y el cuello, aunque también tenía heridas de defensa en el brazo, el antebrazo y las manos.