La Patagonia es una de las zonas donde se han reportado más casos de Hantavirus y, sin embargo, allí se fomenta la caza de pumas, zorros y aves rapaces, que son los depredadores naturales de los "ratones colilargos".
"Todo animal tiene por arriba de la cadena alimentaria algunas especies que son las controladoras naturales", explicó a PáginaI12 Norberto Ovando, presidente de la Asociación Amigos de Parques Nacionales y miembro de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Según Ovando, "cuando florece la caña Colihue –lo hace cada 40 años aproximadamente– hay mayor cantidad de semillas y eso hace que aparezcan miles de ratones a alimentarse y se reproduzcan más rápido. Pero al reproducirse el ratón, los zorros y los otros depredadores también tienen más posibilidades de aumentar su población. O sea que, naturalmente, si hay más ratones hay más depredadores. La naturaleza es sabia".
Sin embargo, señala como un problema que en el sur del país, las provincias premien la caza de pumas, zorros y aves rapaces, especies consideras "plaga", porque de esta manera se permite el aumento de las poblaciones de colilargos.
En Río Negro, cita el especialista, la ley 763/72 declara plaga a pumas y zorros y la Provincia paga 3.000 pesos por el cuero de un puma y 700 por el de un zorro. "Sin saber qué cantidad de pumas o de zorros hay en la zona. Como no hay ningún estudio previo, se le pone la palabra plaga porque vienen los señores ganaderos y dicen que el puma les mató a unos corderos. Pero nunca se sabe qué cantidad de corderos o en qué circunstancias murieron", afirmó y ofrece como solución un sistema alternativo en el que se le pague a los ganadores el costo de los corderos, "siempre y cuando muestren las pruebas de que sus animales murieron por la intervención de un puma o un zorro".
En Chubut ocurre algo similar: se paga 1.000 pesos el cuero de zorro y 300 pesos el de zorro. Como consecuencia, en 2017 se mataron 250 pumas y 5.000 zorros. "Las leyes provinciales no respetan las nacionales. La Ley 22.421 protege y conserva la fauna silvestre. Tampoco se respeta la 25.675, que es la ley general del ambiente", agregó en su conversación con PáginaI12.
Como solución, Ovando propone respetar la cadena alimentaria y que "el Estado haga una inversión y les dé a estos ratones un alimento con anticonceptivo". Además de campañas de prevención y de educación.