20 mil corazones hicieron latir el Velas Latinoamérica 2018 en Ushuaia

Una ciudad en el fin del mundo que resulta todo lo contrario: el principio de todo. Este fin de semana siete grandes veleros abrieron sus puertas a una gran aventura.

20 mil corazones hicieron latir el Velas Latinoamérica 2018 en Ushuaia
Visita a los grandes veleros en el Puerto de Ushuaia (Vía Ushuaia)

El paso del Encuentro de Grandes Veleros "Velas Latinoamérica 2018" por Ushuaia dejó un saldo más que positivo: algo más de 20 mil personas se acercaron con inmensa alegría al Puerto para conocer los buques escuela de Argentina, Chile, Brasil, Colombia, México y Venezuela. Los 1550 tripulantes que recalaron en el fin del mundo, se llevaron ese afecto como el mejor souvenir.

Durante las jornadas de puertas abiertas, los visitantes pudieron darse cuenta de las muchas coincidencias de los marinos, en sus tradiciones, en el tipo de navegación que realizan, en los objetivos que persiguen, en la hospitalidad que demuestran; pero más aún en aquello de poner la vida a disposición del otro en los actos del servicio que signan el día a día, donde no hay frío ni calor ni feriados.

Fragata ARA "Libertad" en Ushuaia (Vía Ushuaia)
Fragata ARA "Libertad" en Ushuaia (Vía Ushuaia)

También tuvieron en común, desde el marinero hasta el capitán, el agradecimiento a la Armada Argentina y al gobierno de Tierra del Fuego, por abrirles las puertas de una ciudad maravillosamente preparada para estar a la altura de este tipo de encuentros, porque las tripulaciones que vinieron a recibir visitantes, también fueron turistas en nuestra ciudad.

Las 20 mil personas que caminaron el muelle comercial, de las cuales en ambas jornadas 6 mil recorrieron la cubierta de la embajadora de los mares de nuestro país, la fragata ARA "Libertad", expresaron ese sentimiento en cada rostro. Así como la gente de mar se emociona con el interés de las personas por su modo de vida y las tareas que llevan adelante, también el público responde con empatía, generando un vínculo maravilloso.

A los marinos de cada Patria los definen características culturales particulares, tamizadas de acuerdo a su ubicación geográfica, por quehaceres navales similares. En este encuentro el factor común fue la pertenencia latinoamericana, pero sobre todo, la amalgama que los une como amantes del sacrificio propio en servicio a cada bandera que juraron defender, como hombres de mar, hasta perder la vida.

El clima jugó sus cartas a favor, con los fuertes vientos que obligaron a los buques a tomar puerto un día antes de lo previsto. Además, regaló a los visitantes un domingo de esos que no entran en lo normal del calendario, por ser pleno mayo; ni en el corazón de quienes se acercaron al puerto de la ciudad más austral del mundo, donde se vivió un sol radiante y 10 grados de temperatura.

Al calor de las tripulaciones de los buques escuela de Argentina, Chile, Brasil, Colombia, España, México y Venezuela, y las cálidas sonrisas de los asistentes, los Infantes de Marina del Batallón 4 se sumaron con cocinas de campaña repartiendo chocolate caliente. Nada pudo ser mejor.

Hoy por la mañana dejaron el Puerto de Ushuaia con la satisfacción de haber derretido el hielo del fin del mundo con la calidez del encuentro, y pusieron proa rumbo al Canal Beagle para enfrentar un nuevo desafío: cruzar el Cabo de Hornos rumbo a Chile, donde los espera un pueblo ávido de festejar el bicentenario de su Armada.

Caminando el muelle ese domingo por la tarde, pensaba que cuando una pareja contrae enlace, se oye una sentencia que dice "Lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe". En el caso de los hombres de mar, un golpe de timón deriva ese concepto en entender con la fuerza de un corazón rebosante de vocación y ganas de servir, con aquella frase que plasmó el ingeniero Luis Luiggi en 1899 en la Base Naval de Puerto Belgrano -la más grande de Sudamérica- y que afirma que "La mar no divide, une".