Con la presencia del ministro de Salud Pública, Luis Medina Ruiz, se llevó a cabo esta actividad en la que participó personal del Sistema Provincial de Salud, de la Asociación de Aviación Civil (ANAC), Policía Aeroportuaria, Bomberos de la Policía Federal, Defensa Civil, Policía y bomberos voluntarios locales y municipales.
El objetivo de este simulacro de accidente aéreo es optimizar los recursos y mejorar con la experiencia de simulación para actuar en hechos reales cuando se den las circunstancias. Del mismo se estima que participaron aproximadamente 500 personas, de las cuales hubo 80 rescatistas, 150 víctimas, médicos, enfermeros y estudiantes de medicina.
Al respecto, el ministro dijo que es un orgullo haber realizado este simulacro: “Fueron escenas muy reales y la respuesta fue excelente, desde el traslado de las víctimas hasta el triage. Todo con altísima efectividad. Debemos tener en cuenta que se trabajó prácticamente en la oscuridad y los operativos dieron los resultados que buscábamos. Con tiempos reales, con 15 a 17 minutos desde el llamado hasta que se comenzó a intervenir, y el traslado de los pacientes a los diferentes lugares”, se explayó.
Y agregó: “Hoy quedó demostrado que tenemos equipos preparados. Estamos listos para una contingencia parecida a esta, la cual Dios quiera que nunca suceda. Pero los tucumanos pueden quedarse tranquilos porque contamos con personal capacitado para accidentes como estos”.
Por su parte, el responsable de la Dirección de Emergencias, Francisco Barreiro, contó que fue un trabajo arduo, donde se puso en escena a más de 300 personas, 20 ambulancias del sector público y cinco del privado. “Las víctimas fueron puestas a disposición por parte de los cadetes de la Policía, a los cuales hemos entrenado para este tipo de situaciones. Les hemos enseñado qué hacer en la simulación y en la vida real ante estos acontecimientos”, explicó.
En la oportunidad, Barreiro dijo que una de las cuestiones que más complejizó este simulacro fue el trabajar de noche. “No hay luz natural y todo se hace más difícil, inclusive caminar en terrenos no aptos. Pero fue un trabajo exitoso y lo hicimos en dos horas aproximadamente”, agregó, y consideró que esto sirve para practicar con víctimas simuladas para aprender de los errores, que en este caso no perjudican a nadie: “Esto hace que cuando toquen hechos reales podamos mejorar nuestra tarea y trabajar mejor en cada caso, y así salvar mayor cantidad de vidas”.