Malvinas, 40 años: el recuerdo de la guerra a través de los ojos de un niño

Los niños, de ese entonces, con toda la inocencia y la ignorancia de nuestra inmadurez, jugábamos a la guerra como antes a La Escondida. ¿Qué pensábamos y qué nos decían, a quienes atravesamos la guerra siendo niños?

Malvinas, 40 años: el recuerdo de la guerra a través de los ojos de un niño
Foto del Archivo General de Mendoza. 02 de Abril 1982. Acto en la escuela Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes

Se cumplen 40 años de la Guerra de Malvinas, un conflicto que atravesó a toda la sociedad argentina. A los adultos con la preocupación y el miedo del caso; a quienes tenían hijos, familiares o amigos en Malvinas, exprimiendo las noticias de la radio para conocer la suerte de sus seres queridos, con la angustia enquistada en el cuerpo como un órgano más.

Los niños, de ese entonces, con toda la inocencia y la ignorancia de nuestra inmadurez, jugábamos a la guerra como antes a La Escondida. Lo que pensábamos y lo que nos decían, a quienes atravesamos la guerra siendo niños, se puede resumir de la siguiente manera:

Verbigracia:

Mi mamá me dice que no tengo que tener miedo porque las Islas Malvinas quedan lejos de Tres Arroyos, pero yo un poquito de susto tengo.

El otro día, después de comer, la escuché decir: “Dios mío, en que lío nos metimos”. No dijo lío, dijo una mala palabra, pero como a mí no me dejan decir malas palabras, digo lío.

En mi casa mucho de la guerra no me cuentan, pero en el Colegio Holandés donde voy yo, sí. Hasta nos enseñaron una canción nueva que cantamos todos los días cuando entramos al aula: “Tras un manto de neblina no las vamos a olvidar, las Malvinas Argentinas, clama el viento y ruge el mar…”. Todavía no me la sé toda porque es re difícil, pero ya me la voy a aprender.

Soldados argentinos llegando a las Malvinas durante la guerra de 1982\u002E
Soldados argentinos llegando a las Malvinas durante la guerra de 1982\u002E

La señorita nos contó que los ingleses son malos, que les gusta atacar y robarle cosas a los países que no se pueden defender y que hace un montón de tiempo nos robaron las Malvinas y nosotros las queremos porque son nuestras, por eso tenemos que ayudar todos.

Y como todos tenemos que ayudar, el otro día nos pidieron llevar lo que pudiéramos: cadenitas de oro, comida o ropa para mandárselos a los soldados que están allá.

Yo cuando llegué a mi casa agarré dos pulóveres que me quedaban chicos y otro más que me anda bien, pero que mucho no me gusta, pero mi mamá me dijo que los soldados son grandotes y fuertes y que no le van a entrar, por eso me preparó una bolsa grande de comida con arroz, fideos, yerba y café para llevar al cole.

Yo también quería colaborar y puse dentro de la bolsa muchas de mis moneditas de 100 pesos. Me quedé con algunas porque de verdad tengo ganas de comprarme el álbum de “figus” de la Fórmula 1 cuando mi papá me lleve al centro.

Un soldado argentino preparado con su ametralladora antiaérea, espera la llegada de los Sea Harrier ingleses. (fines de mayo de 1982) (Télam)
Un soldado argentino preparado con su ametralladora antiaérea, espera la llegada de los Sea Harrier ingleses. (fines de mayo de 1982) (Télam)

La parte que me asusta es cuando nos tenemos que esconder en el colegio. Suena el timbre del recreo, pero cuando no es el recreo y la seño nos hace tirarnos debajo de los bancos. Lo practicamos muchas veces y cada vez nos sale más rápido y mejor.

También me da miedo cuando tenemos que entrar si pasan aviones. Algunos nenes no tienen miedo y se quedan un ratito en el patio saludando, pero pasan tan rápido que no creo que los vean. Hace poquito, me enteré de que hay un señor de Tres Arroyos, que se llama Ricardo como mi papá, que maneja aviones y que está en Malvinas, así que la próxima vez que vea un avión lo voy a saludar, aunque tenga miedo; a Ricardo, si me puede ver, capaz que le gusta.

Ahora estamos escribiendo cartitas para los soldados para mandarles junto con la comida, las cadenitas y la ropa, pero la señorita nos enseñó que para que las lean todos los soldados no hay que ponerle nombre, hay que escribir soldado X porque la x sirve para nombrar las cosas cuando no sabés como se llaman.

Yo les voy a mandar también un dibujito: un soldado argentino con la bandera y al lado un inglés muerto. Se va a dar cuenta de que el “morido” es un inglés porque le voy a dibujar la bandera inglesa en la ropa, como me la enseñaron en el colegio ¡Es re fea, la argentina es mucha más linda! Le voy a poner también que lo quiero mucho.

Mayo de 1982. Un avión Pucará surca los cielos malvinenses en un patrullaje aéreo de la zona. (Télam)
Mayo de 1982. Un avión Pucará surca los cielos malvinenses en un patrullaje aéreo de la zona. (Télam)

En el recreo no jugamos más a la mancha o a la agarrada, ahora jugamos a la guerra, pero como nadie quiere ser inglés, jugamos a que todos somos argentinos. El otro día mamá me retó porque llegué con el guardapolvo todo sucio; lo que pasa es que yo vi en la tele que los soldados se tiran al piso para que no los vean y yo quería hacerlo bien como ellos.

Yo le conté todo lo que hacemos en el colegio a Lucas, que vive enfrente de mi casa y me dijo que en la Escuela 16 que está a la vuelta de mi casa y donde él va a estudiar , hacen lo mismo y que en un lugar que hay atrás de la iglesia y al costado de la municipalidad donde vive el señor que manda acá, que se llama Centro Estrada, también están juntando un montón de cosas para mandarle a los soldados.

Mi amiga Paula me contó que un amiguito de ella, que es más grande que yo, que tiene como 11, fue al restaurante El Troppo que es de la mamá y se llevó sin avisarle un montón de latas de durazno, atún y muchas otras cosas dentro de una lata grande de galletitas, con abrelatas y todo, y la llevaron hasta la estación de tren para que se la manden a los soldados, ¡hasta salieron en el diario La Voz del Pueblo y todo! La mamá se enojó porque no le pidió permiso pero después se le pasó porque sabe que era para los soldados y que todos tenemos que ayudar, por eso no lo retó mucho.

Tropas argentinas toman posiciones en la zona del puerto malvinense, luego de desembarcar en las Islas, atrás se observa el edificio de la Falkland Islands Company (FIC) (3 de abril 1982). (Télam)
Tropas argentinas toman posiciones en la zona del puerto malvinense, luego de desembarcar en las Islas, atrás se observa el edificio de la Falkland Islands Company (FIC) (3 de abril 1982). (Télam)

Yo un poco me desilusioné porque pensé que la idea de juntar cosas había sido de mi señorita, pero parece que es una orden que dio el presidente de Argentina a todas las escuelas y hay que hacerle caso porque si no el presidente te manda la policía y te deja en penitencia.

Lo que más me gusta de la guerra es la propaganda de la televisión. Cuando pasan esa canción que dice “Argentinos a vencer, Argentinos a vencer” yo me paro y la canto con la mano así en la cabeza como hacen los soldados cuando le cantan a la patria.

Lo de patria muy bien no lo entendía hasta que me lo explicó mi papá. Él dice que la patria es la Argentina que es el lugar donde nací. A mi papá le gusta jugar al tenis y es hincha de Vilas. Cuando Vilas gana se pone contento porque es argentino y hay que apoyarlo. Los soldados que están en Malvinas también son argentinos por eso hay que hinchar por ellos, apoyarlos y rezar para que vuelvan a casa, me dijo.

Yo a veces me olvido de rezar cuando me voy a dormir, pero cuando me acuerdo le pido a Dios que cuide al soldado X que es como decirle que cuide a todos.

29/03/2012, Malvinas 1982. Jeep de la Cruz Roja recorre Puerto Argentino. (La Voz/ archivo)
29/03/2012, Malvinas 1982. Jeep de la Cruz Roja recorre Puerto Argentino. (La Voz/ archivo)

También me gusta que vamos ganando. Lo dicen en la Tele y a veces en la radio cuando no está mi mamá y la puedo prender. Mi papá compró una revista que no me dejó leer, pero en la tapa dice con letras grandes y amarillas que estamos ganando, eso me pone contento.

El otro día a la tardecita nos fuimos a la casa de mi abuela Cachi, porque ella le tiene miedo a la oscuridad y los señores que mandan iban a apagar todas las luces de Tres Arroyos para que los aviones no nos vieran si llegaban a pasar. Yo también un poco me asusté pero no dije nada. Estaba todo re oscuro, “una boca de lobo” dijo mi abuela.

A mi papá ese día lo llamaron de Defensa Civil para pasear por la ciudad y fijarse que nadie tenga las luces prendidas. Después me enteré que eran puras mentiras pero que había que hacerlo por si algún día era verdad que los aviones iban a pasar.

Mi papá me prometió que cuando la guerra termine me va a llevar a la estación de tren a recibir a los soldados porque son héroes y hay que recibirlos bien. Espero encontrarme con alguno que haya leído mi cartita.

14 de Junio de 1982, fin de la Guerra de Malvinas
14 de Junio de 1982, fin de la Guerra de Malvinas