Hoy sabrán disculpar los fieles lectores de esta sección por hacer un paréntesis en nuestra tarea de contar la historia de nuestro Tres Arroyos querido.
“Nos sobran los motivos” diría el bueno de Joaquín Sabina, para tomarnos esta licencia.
El próximo 24 de octubre Vía Tres Arroyos cumple 5 años y hemos recibido el mejor de los regalos: Colorinches tresarroyenses fue declarado de interés municipal por la Dirección de Cultura, Educación y Derechos Humanos de la Municipalidad de Tres Arroyos, a través de las gestiones de su director Martín Rodríguez Blanco.
Es, sin duda, un regalo sorpresivo y que nos llena de orgullo.
Sentimos la obligación de compartirlo con ustedes, que han hecho de Colorinches tresarroyenses lo que es.
Colorinches nació junto con Vía Tres Arroyos, allá por octubre de 2019, con la idea de contar la historia de la ciudad desde la emoción y los sentimientos.
Nacieron en primera persona, no con la intención de ser protagonista de alguna historia, sino por dos motivos: porque esa manera de relatar genera una cercanía y una comunión con el lector muy difícil de alcanzar de otra forma, y también, porque lo que muchas veces consideramos un recuerdo personal, es en realidad un recuerdo colectivo.
Si algo mágico tienen estos colorinches es que un único recuerdo relatado, dispara en el lector un montón de nuevos recuerdos, por lo que, la emoción y los sentimientos se ramifican.
Permítanme contar una anécdota que refleja esta afirmación:
Un día escribí “Las 76 horas de José”, el relato de José Gutiérrez, un colombiano que a principios de los años 80, llegó a Tres Arroyos y anunció que andaría en bicicleta durante 76 horas continuadas en la Plaza San Martín.
Cuando faltaban pocas horas para culminar su hazaña, la Plaza se llenó de gente. Muchos fueron de curiosos, otros para alentarlo, y seguramente, algunos más, para ver si se pegaba un porrazo y se rompía la cresta (porque morbosos siempre hay).
A los pocos días de publicar la nota recibí un mensaje de una mujer, aproximadamente de mi edad, que me agradecía porque ese relato la había hecho acordar a su papá.
Me contó que su papá estaba enfermo y que ese fue el último paseo que realizaron juntos. Ella, en esa nebulosa que suelen ser a veces los recuerdos, tenía la idea de haber estado en la plaza con un montón de gente, pero no recordaba por qué ni para qué.
Cuando leyó la nota recordó que eso era lo que habían ido a ver, a José montando en su bicicleta, y como una ráfaga le volvieron todas las imágenes de aquel último paseo con su papá.
Creanme, si les digo que para un escritor no hay un mejor regalo que ese. Cuando alguien se acerca y me dice “que linda nota que escribiste” o “¿te acordás de esto?” o “Che, por qué no escribís sobre esto otro” o cuando conocidos o desconocidos me envían fotos porque creen que me pueden servir para ilustrar alguna nota; son cosas invalorables que gratifican por encima de cualquier otra cosa.
Hoy siento que Colorinches tresarroyenses me ha trascendido. Ya no es solo mío, es de cada uno de los tresarroyenses que en cada publicación “juegan a recordar conmigo”, es de cada uno de los lectores que comentan, felicitan o critican cada nota, de los que se emocionan y se animan a compartir con nosotros esa emoción.
Por eso, que la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Tres Arroyos haya tenido esta deferencia para con nosotros, nos llena de orgullo y es la crema del postre.
Estuve tentado de escribir la frutilla pero prefiero decir que es la crema (es igual de importante, lo aclaro para que no me quiten la distinción, ja)
No digo la frutilla, porque soy de los que tienen la costumbre (la puta costumbre) de soñar difícil, por eso, la frutilla me la guardo para mí.
En lo personal, agradecerle a Milena Marcovecchio, directora de Vía Tres Arroyos, porque sin su generosidad, sin la libertad que me da para trabajar, no existiría ni los Colorinches ni un Gabriel redactor.
Desde lo laboral, a todos y cada uno de nuestros lectores, a cada tresarroyense que nos sigue, cree en nosotros y en lo que podemos brindar como medio de información.
Cumplimos 5 años, cada día crecemos más y más…y Colorinches tresarroyenses fue declarado de interés municipal… lo repito para terminar de creerlo.