Algo que ocurrió en Buenos Aires y que podría empezar a llegar a todo el país, despertó la polémica en Santiago, ya que el nuevo Código Urbanístico y de Edificación de CABA, afirman que ya no es obligatorio distinguir los baños públicos por géneros.
Distintos sectores que defienden la inclusión de las minorías sexuales y organizaciones feministas se mostraron a favor. Walter Ortíz Vieyra, referente del Área de Diversidad Afectiva Sexual, entregó su postura.
"Si en nuestra casa no tenemos los baños divididos por género, no veo el motivo que en lo público deba ser distinto, cada uno debe resguardar su intimidad y su pudor. Si bien es una medida buena, no creo que vaya a la raíz del problema de la inclusión, como puede ser el tema del cupo laboral trans. Creemos que el abordaje debe estar contextualizado en un plano de cambios más profundos, en lo cultural y en lo gubernamental”, manifestó.
Karina Rojas, directora del Movimiento Círculos de Juventud, se expresó en contra de esta medida. "Desde la Iglesia Católica, no estamos en contra de nada, por el solo hecho de oponernos; pero creemos que estas medidas avasallan nuestros derechos. En los últimos tiempos, estamos siendo testigos de una avanzada, que plantea las posiciones de un extremo al otro, y no se deja espacio, ni para el respeto ni para el disenso. Pedimos a quienes legislan sobre estos temas que no incurran en el error, de que a partir de pretender otorgar derechos a algunas personas, se desconozcan, los de otras", señaló.
"Se pueden crear baños mixtos, pero queremos que haya también baños que respeten la distinción de géneros masculino y femenino. Son nuestros valores, y no pueden negarnos eso. Queremos poder inculcarles a nuestros hijos los valores e ideales que entendemos son los mejores para ellos", culminó en diálogo con Nuevo Diario Web.
