El secretario de Desarrollo Social del Municipio de la ciudad de San Luis, Sebastián Páez Segalá, informó que en la capital puntana, calcularon que desechan en promedio 8,3 toneladas de alimentos al día, entre ellas muchas comidas que aún no caducaron y que están en buen estado.
Verónica Jordan, hace más de 50 años, es quien junto a quienes más lo necesitan, recolectan esa comida. Es por que luego de muchas idas y vueltas presentó un proyecto, que inició en el 2013, pero ahora consiguió el apoyo del Municipio de San Luis. El objetivo es instalar el primer Banco de Alimentos de la capital puntana, que además será el primero de gestión pública del país y ella será la coordinadora de la nueva dependencia.
Paéz Segala explicó que desde enero de 2017 a la fecha se han tirado 5 mil toneladas. "Por ahora el proyecto está en sus cimientos, estamos armando el marco legal para presentarlo a las empresas", manifestó Jordan y agregó que el propósito de los bancos de alimentos es que no se tire la comida, "si se vencen mañana, los productos se destruyen. Queremos evitar esa pérdida y ser un gestionador entre el supermercado y los comedores o merenderos. Por ejemplo, se vencen pasado mañana 500 yogures, ellos los entregan al banco y nosotros buscamos dónde los podemos llevar y que los consuman en el momento", explicó Jordan.
Por su parte, Páez Segalá añadió que: "Queremos generar conciencia para que las empresas no lleguen a tener que tirar esa comida, sino que nos las den a nosotros para que lo distribuyamos en los distintos comedores, apelar a las reuniones con los distintos empresarios y llegar a cada uno del ellos, ya sean productores primarios o elaboradores de manufactura de alimentos para que no tengan que desecharlos, que sepan y tengan la garantía de que le va a llegar a un merendero. Y si bien no lo pudo vender, tampoco lo enterró y tiene la gratificación de que ayudó a otras personas que son más vulnerables".
La idea del Banco de Alimentos se puso en boga con la ley Donal. "A principios de año el Congreso comenzó a tratar unas modificaciones en esta ley que es de donación de alimentos. Quieren eximir a aquellas personas que donan alimentos de cualquier daño o perjuicio que se pueda generar por el hecho de hacerlo. Esto va a incentivar mucho más a las empresas a que en lugar de enterrar la mercadería, la regalen. También habría cambios en la carga impositiva", detalló el funcionario.
"Empezamos a armar los registros, a reunirnos con las empresas y recabando información de los distintos merenderos y comedores que hay en la ciudad para poder llevarles la comida", contó Páez Segalá.
En la página de internet de la Municipalidad hay 3 formularios de inscripción, uno para las empresas, otro para los comedores y el tercero es para quienes deseen ser voluntarios de este sistema. "Los voluntarios pueden trabajar donde quieran, ayudarnos con los fletes o a clasificar la comida, pueden ser administrativos o visitar los comedores; es muy variada la tarea", comentó.
"Hasta el momento hay 30 comedores, pero eso va creciendo por hora. Se van anotando y registrando. Verónica es quien va a visitarlos y a constatar que los que pongan en las fichas sean tangibles, si tienen 100 chicos todos los días, vamos a ir a verlos, a ver cómo trabajan, a asesorarlos y a ayudarlos más allá del alimento que le podamos dar", expresó y agregó: "La situación económica no acompaña y hoy la necesidad se ve más, yo en la secretaría lo veo a través de distintas formas, de pedido de trabajo, de bolsones de alimento, cada vez son más los casos de los vecinos que me vienen a pedir ayuda y lo vamos sorteando con los recursos que disponemos para hacerlo de la mejor manera".
Jordan advirtió: "Es escandalosa la cantidad de comida que se tira, productos que todavía sirven. Paquetes de fideos que se vencen al otro día y aunque el comerciante no lo puede vender, si nos sirven a nosotros, porque nos esperan con la olla con agua hirviendo y los metemos, el hambre está muy cerca y podemos la paliar un poco", informó El Diario de la República.