El jueves a las 11 de la mañana, seis inspectores de Defensa al Consumidor de San Luis realizaron controles para asegurar el estado de las garrafas que se venden en distintos locales de la ciudad. Lograron decomisar 11 garrafas y dos tubos que estaban vencidos y no cumplían con la norma de seguridad. En el programa advirtieron que continuarán con controles todas las semanas.
La primera inspección fue a un comercio ubicado en avenida Centenario y Víctor Tula, que vende a través de la empresa Extra Gas, una distribuidora no oficial según afirmaron desde el programa a El Diario de la República. Allí decomisaron once garrafas de diez kilos y dos tubos de 45 kilos que estaban vencidos y que no cumplían con los protocolos de seguridad.
Los inspectores, que pertenecen al Ministerio de Desarrollo Social, llegaron sorpresivamente al pequeño local y le pidieron a la dueña la correspondiente habilitación municipal, que si tenía, y luego revisaron el estado de los envases de gas. Los hombres informaron que en el local había 196 garrafas, además de cuatro tubos de gas. Entre productos vacíos y llenos, superaron los mil kilos que la habilitación municipal permite tener en un negocio como límite máximo. Si se excede, tiene que haber un segundo permiso otorgado por la Secretaría de Energía de la Nación.
Alberto Montiel Díaz, titular de Defensa del Consumidor explicó que explicó que los productos decomisados fueron enviados al depósito oficial de YPF. Luego confesó sentirse sorprendido por la cantidad de irregularidades, "me llamó la atención, pero sobre todo porque es un local que ya lleva diez años. Entonces me sorprende que no cumplan o no hagan cumplir los protocolos de seguridad, porque tienen que tener muy en cuenta que el producto que comercializan, es combustible. Si llega a haber un accidente, puede poner en riesgo a toda una cuadra", indicó el funcionario.