Este lunes, un fuerte temblor de magnitud 5.3 volvió a sorprender a los sanjuaninos. El sismo se sintió a las 9.48 de la mañana y, según el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES) tuvo como epicentro al departamento de Calingasta. A menos de dos meses del terremoto del 18 de enero, cada movimiento en San Juan conlleva una carga emocional muy fuerte en su población que aún conserva a flor de piel las sensaciones de aquél sismo de 6,4 que dejó a cientos de familias sin techo.
La profundidad del temblor de este lunes 8 de marzo fue de 125 kilómetros con un epicentro a 155 kilómetros al sudoeste de la Ciudad de San Juan. El 80% de la sismicidad de la provincia ocurre a más de 100 kilómetros de profundidad, y solo el 20% se da a menos de 30 kilómetros. Estos últimos son los peligrosos, como los del 1944, 1952, 1977 y el del pasado 18 de enero de este 2021.
Al estar más cerca de las ciudades, la energía que liberan los sismos superficiales los hace más peligrosos. Cabe destacar, que en San Juan no hay sismos en el rango de 30 a 100 kilómetros de profundidad. Además, ocurren muchos más sismos de los que son percibidos por los seres humanos. La experiencia indica que, probabilísticamente, es menos probable que ocurran sismos de mayor tamaño y más probable que ocurran los más chicos. Sin embargo, San Juan es una zona de alta actividad sísmica.
El 18 de enero pasado, la intensidad del terremoto fue de 6.4 en la Escala de Richter, lo que causó pavor en la población local y que incluso llegó a sentirse en otras provincias y ciudades, como Rosario y Buenos Aires. Aquél sismo que continúa muy presente en la memoria colectiva tuvo como epicentro La Rinconada, en el departamento de Pocito.