Restan dos semanas para que Falabella en San Juan cierre definitivamente sus puertas. Ante este panorama, el último martes, 70 de sus trabajadores tuvieron su último día laboral. Lágrimas, abrazos y también selfies fueron el denominador común en la última hora del día: era la despedida más dolorosa.
Casi el 70% de los empleados de la empresa optaron por el retiro voluntario. Muchos de ellos, con más de 20 años de antigüedad: “Es como dejar a una familia”, aseguró una de las vendedoras a Diario Huarpe. Durante los próximos 14 días, quedarán menos de 25 empleados a cargo de la tienda, mientras que también se sumarán un grupo de contratados temporales que una consultora incorporó para terminar de liquidar y cerrar el lugar.
Pero ahora es la incertidumbre la que reina en el mundo de los ahora trabajadores desocupados. Más allá de haber conseguido un arreglo económico, tienen la urgencia de reincorporarse al sistema laboral y temen no poder hacerlo. Una cajera que lleva 8 años en Falabella contó: “Los compañeros que se fueron en octubre nos cuenta de lo difícil que está la calle y da miedo, no sabemos qué vamos a conseguir pero sí sabemos que no vamos a tener los mismos beneficios que acá”.
Es que, casi el 90% de la nómina de trabajadores quedó oficialmente desempleado este lunes son mujeres y madres, de las cuales muchas acumulan dos décadas trabajando en las cajas o en las ventas. A lo largo de todos esos años han recibido formación y adquirido experiencia que les debería facilitar la obtención de otro trabajo. “Yo ya dejé currículum en muchos lugares, pero siempre te dicen lo mismo ‘buscamos gente joven’ y yo tengo más de 40”, contó una de las empleadas. “Ahora te piden que seas de tal o cual manera, cuando yo entré acá no me juzgaron por lo físico, ni siquiera tenía tanta experiencia pero me dieron cursos y pude crecer”, explicó otra.
Para muchos fue el primer trabajo, algunos no saben cómo van a seguir, otros no se imaginan ya no tenerse entre sí como compañeros. “Nos vamos a seguir viendo”, se decían entre sí. “Hemos vivido cosas buenas y malas, pero las buenas han sido muy importantes” contó una trabajadora que llevaba 24 años contratada, desde la apertura. Otra empleada concluyó: “Yo adopté un bebé y me dieron los 45 días, incluso sin tener la obligación, además me recibí de docente porque me daban los días para rendir”.