En 2016 el juez Julián Ercolini ordenó avanzar con la autopsia psicológica sobre el fallecido Alberto Nisman, quien fue hallado sin vida y con un disparo en la cabeza. El objetivo fue determinar si el fiscal fue capaz de tomar la decisión de matarse de un tiro o si, por el contrario, fue víctima de un homicidio, cuatro días después de haber acusado a la entonces presidenta Cristina Kirchner de encubrimiento a Irán en la voladura de la mutual judía. Ahora por primera vez en San Juan utilizarán el mismo método para esclarecer un homicidio.
Según publicó Diario de Cuyo, el juez Heredia Zaldo (Cuarto Juzgado de Instrucción) dispuso una autopsia psicológica sobre el cuerpo de Liliana Loyola (64), quien falleció el 9 de enero tras permanecer internada con el 80% de su cuerpo quemado. El magistrado buscará esclarecer si la jubilada judicial sufrió por accidente las quemaduras que causaron su muerte o fue su hijo adoptivo, Juan Eduardo Echegaray, quien la roció con combustible y luego prendió fuego porque ella no quería darle plata.
Si bien la propia víctima explicó a los policías que ella misma había sufrido un accidente doméstico, surgieron otras versiones que pusieron en duda su relato. Uno de los hermanos de la jubilada denunció que había sido su hijo quien le prendió fuego y después los bomberos determinaron que el uso de fuego fue intencional, que existió presencia de un elemento combustible. A esa conclusión se sumó el testimonio de un vecino que dijo haber visto entrar y salir al hijo de Loyola en tres ocasiones de la vivienda.
Desde el entorno del joven acusado, quien está preso, niegan esas versiones e indican que ese día la mujer hubiera muerto si él no hubiera intervenido. Ante semejante polémica, la Justicia buscará conocer a través de la autopsia psicológica cómo se encontraba la mujer psicológicamente en los días y semanas previas a su muerte, ocurrida el 29 de noviembre en el departamento Rivadavia.